El sueño de la razón produce monstruos

sábado, 11 de agosto de 2012

Cervantes y un consejo: no fisgar vidas ajenas...



Al Libro de don Quijote de la Mancha,
Urganda la desconocida
[…]
No te metas en dibu-,
ni en saber vidas aje-,
que en lo que no va ni vie-
pasar de largo es cordu-,
 que suelen en caperu-
darles a los que grace-;
mas tú quémate las ce-
sólo en cobrar buena fa-,
que el que imprime neceda-
 dalas a censo perpe-.
Advierte que es desati-,
siendo de vidrio el teja-,
tomar piedras en las ma-
para tirar al veci-.
Deja que el hombre de jui-
en las obras que compo-
se vaya con pies de plo-,
que el que saca a luz pape-
para entretener donce-
escribe a tontas y a lo-

            AL LIBRO... El primero de los poemas burlescos que ocupan el lugar de los elogios habituales al frente de los libros de la época está compuesto en décimas de cabo roto o pies cortados (es decir, con los versos truncados a partir de la última sílaba acentuada, de forma que todos resulten agudos), según un recurso jocoso popularizado en los primeros años del siglo XVII.

            Estos versos se atribuye a la maga protectora de Amadís, Urganda la desconocida, apodada así porque muchas veces se trasformaba y desconocía (Amadís de Gaula, I, 11). El desgarro propio de los versos de cabo roto (no en balde había empezado a cultivarlos el poeta y hampón Alonso Álvarez de Soria, ajusticiado en 1603) y las alusiones de actualidad se unen a múltiples ecos de frases hechas, modismos y refranes, de forma que el texto resulta de difícil interpretación.

            A grandes rasgos, Urganda aconseja a la obra que se junte con los buenos, y no con los esnobistas pretenciosos, y la felicita por contar con tan excelente favorecedor como el duque de Béjar. Enunciado el tema del libro, Urganda le recomienda no pecar por indiscretos hieroglíficos que luego le hagan quedar en ridículo; no afectar una erudición que no tiene y que sería criticada; no fisgar en las vidas ajenas, no sea que acaben dándole de coscorrones, porque a nadie le faltan debilidades, y los dardos pueden volverse contra uno mismo: el escritor debe andarse con tiento y dejarse de frivolidades.

viernes, 10 de agosto de 2012

Cristine de Pizan (Venecia, 1364-Seine-et-Oise, 1430) y la Querella de las mujeres

Christine de Pizan, la primera escritora profesional de la Historia

La sinrazón de la misoginia

                  Obras:

            Epístola del Dios del Amor (1399), donde rechaza a los falsos amores y amantes, quienes prometen y luego no dan. 

            Dechado de Poissy y Debate de los dos amantes (1400): dos ensayos sobre el amor cortés. En ellas se planteó el papel de la mujer en las composiciones poéticas y cómo éstas le afectaban. 

            En La ciudad de las mujeres, escrita en1405, la más importante de sus obras,  clamó contra el sistema misógino y a favor de los derechos de las mujeres. En él da voz a las mujeres, esta vez como ciudadanas, status exclusivo de los hombres, y crea una ciudad donde ellas, con las Tres Virtudes, al igual que ellos, tienen sus espacios y toman sus decisiones. Christine comienza su obra así:

Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados... Yo, que he nacido mujer, me puse a examinar mi carácter...

Me propuse decidir, en conciencia, si el testimonio reunido por tantos varones ilustres podría estar equivocado. Pero, por más que intentaba volver sobre ello, apurando las ideas como quien va mondando una fruta, no podía entender ni admitir como bien fundado el juicio de los hombres sobre la naturaleza y conducta de las mujeres. Al mismo tiempo, sin embargo, yo me empeñaba en acusarlas porque pensaba que sería muy improbable que tantos hombres preclaros, tantos doctores de tan hondo entendimiento y universal clarividencia -me parece que todos habrán tenido que disfrutar de tales facultades- hayan podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un texto moralizante, cualquiera que fuera el autor, sin toparme antes de llegar al final con algún párrafo o capítulo que acusara o despreciara a las mujeres...

            Querella de las mujeres
            Desde esta perspectiva, dio un impulso definitivo a lo que en el Renacimiento se dio en llamar Querella de las mujeres debate histórico que comienza en la Edad Media pero que continúa hasta épocas posteriores, que trata sobre la naturaleza, posición y esencia  de la mujer, determinando el lugar que ésta debía ocupar en la sociedad y la familia.
 
“A todas vosotras, mujeres de alta, media y baja condición, que nunca os falte conciencia y lucidez para poder defender vuestro honor contra vuestros enemigos. Veréis cómo los hombres os acusan de los peores defectos, ¡quitadles las máscaras, que nuestras brillantes cualidades demuestren la falsedad de sus ataques! (…) Huid, queridas amigas, huid de los labios y sonrisas que esconden envenenados dardos que luego os han de doler. Alegraos apurando gustosamente el saber y cultivad vuestros méritos”. 

                         (Cristina de Pizán, La Ciudad de las Damas, III, 29)



miércoles, 1 de agosto de 2012

Mammon ataca... ¡Indignaos!


        


Mammon 1884-1887

Óleo sobre lienzo

Tate Moderm: presentado por el artista en 1897



            George Frederich Watts y otros pintores se empiezan a cuestionar las ventajas y objetivos de la industria y el mercado moderno, además de sus consecuencias sociales.

            El progreso y la prosperidad se han convertido en nuestros auténticos dioses, pero ese culto no da la felicidad a los hombres.

            El Criticón II, crisi III, cuyo lema es La cárcel de oro y calaboços de plata, de Baltasar Gracián, ya denuncia las miserias de las riquezas.

            En ese capítulo citado, un criado de Salastano cuenta a Critilo y Andrenio, los peregrinos de la vida, lo que les ocurrió a los franceses con la Fortuna y las Indias; y a continuación, les dice que ese raro prodigio es haber encontrado un amigo verdadero. Ese amigo es Gerión[1], uno de los múltiples guías de la novela alegórica, prototipo de la amistad, un hombre compuesto de tres, pues tenía tres cabezas, seis brazos y seis piernas, aunque un solo corazón.

            El criado solicita a Gerión su amistad para su amo; entonces Gerión entrega al criado de Salastano un lámina con tres retratos: los de Salastano, Critilo y Andrenio, con lo que así quedó sellada la amistad entre los tres.

            Luego Andrenio y Critilo pasan los Pirineos, que separan España de Francia en lo material, pero muy distantes en lo político. Un francés, llamado Mosiur les sale al encuentro y les conduce a un rico palacio todo hecho con plata y oro, habitado por un príncipe, nuevo Midas, pues convertía en oro todo lo que tocaba, de puertas cerradas, pero fáciles de abrir con una mazo de oro, la Cárcel de oro...

            Una vez dentro, los peregrinos notaron que más que palacio aquello era una prisión, donde se veía a un cortesano con grillos de oro, a una mujer bella sujeta con una cadena al cuello y hombres sin corazón y sin entrañas. Por fin descubren al dueño del palacio, no en rico trono, sino en estrecho calabozo, falto de luz por no gastar, personificación del interés y de la avaricia. Su aspecto era horrible, sin que se fiase de nadie... Y allí quedaron presos del Interés los dos peregrinos.

            La pintura de Watts y el capítulo 3 de El Criticón, II, de Gracián, alegorizan  esa supuesta deidad, el malvado Mammon, el nuevo Midas. Lo simbolizan ambos artistas como un déspota salvaje, una configuración fea y necia, un ogro avaro que protege sus riquezas desconfiando y esclavizando a los demás.

            En el cuadro, ese ogro aparta a una bella joven con una mano y aplasta a un muchacho con un pie. Gracián transforma el palacio en una cárcel y en ella aparecen un cortesano con grilletes de oro, una bella joven atada con una cadena al cuello y hombres sin corazón y sin entrañas como los que mueven los mercados actualmente.







[1]. En la mitología griega, Gerión (en griego antiguo Γηρυών Gêruôn o Γηρυόνης Gêruônês) era un monstruoso gigante, hijo de Crisaor y Calírroe.

    Gerión es descrito como un ser antropomorfo formado por tres cuerpos, con sus respectivas cabezas y extremidades, según la mayoría de las versiones.