El sueño de la razón produce monstruos

domingo, 19 de octubre de 2014

miércoles, 15 de octubre de 2014

Engañar con la verdad (I)

Imagen

      El engañar con la verdad es cosa
que ha parecido bien, como lo usaba
en todas sus comedias Miguel Sánchez[1],
digno por la invención de esta memoria.
Siempre el hablar equívoco ha tenido
y aquella incertidumbre anfibológica
gran lugar en el vulgo, porque piensa
que él sólo entiende lo que el otro dice[2].

            El origen de ese artificio retórico, de semántica controvertible y su desarrollo aparece en la comedia nueva o en novelas como Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán.
            Si nos centramos en Mateo Alemán, podemos ver que se ocupó, en varias ocasiones, por las complejas relaciones que se establecen entre la mentira y la verdad.
            En el "Elogio" de Alemán a la Vida de San Ignacio, de Luis Belmonte Bermúdez, que escribe en Lisboa, finales de 1604,  en su Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana, encuentra tres formas de relacionarse la verdad con la mentira:
            1ª. "La verdad acreditada con verdades", modo este que le sirve también para alabar la obra de su amigo Belmonte;
            2ª. la repetición exculpada de las mentiras ajenas, y
            3ª. "la verdad acreditada con mentiras", esto es, "cuando con parábolas ficciones, fábulas o figuras, mintiendo se dice la verdad: aconsejamos con ellas, enseñamos cosas importantes y graves, no sólo a la política, ética y euconómica, mas para conseguir la eternidad a que todos aspiramos".
            Y continúa su elogio:
            "Desta usaron y usan Santos Dotores, filósofos antiguos y modernos, y tanto se pratica, que desde la niñez la mamamos con leche, doctrinándonos con las fábulas de Isopo, de Remicio Aviano y otros, por su moralidad, sentencias y dichos graves y necesarios [...][3]".
            "Fabulas" repletas de "moralidad" y "doctrina", mentira y verdad... Con ello viene a definir el complejo género literario de lo que llamamos novela hasta llegar al lúcido y brillante ensayo de Vargas Llosa La verdad de la mentiras (2002) sin dejar por ello de recordar a Baltasar Gracián:
        "DISCURSO XLVII. DE LA AGUDEZA COMPUESTA FINGIDA EN ESPECIAL. [...] Son las verdades mercaduría vedada, que han menester tanto disfraz para poder hallar entrada a la razón. Para esto se inventaron también los apólogos, que desengañan dulcemente. Parece vulgar su enseñanza, mas su artificio no lo es. Propónese pasar entre los irracionales brutos, árboles y otras cosas inanimadas, por ficción, lo que entre los racionales por realidad. Consiste también su primor en semejanza. Mereció el más prudente y real aplauso la del elocuentísimo Terrones, a la corte, del divorcio entre el león y la leona, y el político desempeño del más astuto de los brutos. Llegaron a su mayor sublimidad cuando se vieron en la sagrada página, célebre apólogo de los árboles que alzaron por rey al espino. Brillaron en los preciosos caracteres del señor de Argentón, en la política fábula de la piel del oso. [...]"[4].

              Madrid, 15 de octubre de 2014
                        A.T.T.




[1]. Miguel Sánchez es elogiado por Cervantes, Agustín de Rojas, Francisco de Herrera o Lope de Vega.

[2]. Lope de Vega, El arte nuevo de hacer comedias, vv. 319-326.

[3]. En el elogio del Alférez Valdés a la Segunda parte del Guzmán [...] Véase n. 1, edición de José María a Guzmán de Alfarache I, Madrid, Cátedra, 1987.

[4] .  Arte de ingenio. Tratado de la Agudeza (1642) / Agudeza y arte de ingenio (1648). XLVII, en Obras Completas de Baltasar Gracián, Edición, introducción y notas de Santos Alonso, Madrid, Cátedra, 2011.


sábado, 11 de octubre de 2014


                                                                                                            (De facebook)