EPICUREÍSMO
vs ESTOICISMO
SEGUNDA
PARTE
2.- ESTOICISMO
Cuando habían pasado
unos cinco años desde la fundación de "El Jardín de Epicuro", finales
del siglo IV a. C., nace en el ágora de Atenas otra escuela filosófica que se
llamará Στοά
ποικίλη (<
gr. Stóa poikilé, que significa pórtico pintado[1]).
La funda un joven de raza semita, Zenón de Citio (Chipre) que llega a Atenas
hacia el 312 a. C., seducido por la filosofía. como no era ciudadano ateniense,
no tenía derecho a comprar construcción alguna e impartía sus enseñanzas en un
"pórtico" con pinturas murales de Polignoto. Por ello se llamó a esta
escuela el "Pórtico" o la "Στοά" y a sus seguidores "los del Pórtico" o "los de la
stoa".
Del mismo modo que Epicuro, Zenón negaba la metafísica y la
trascendencia de todo tipo de forma. El de Kitio compartía con el primero la
idea de la filosofía como "arte de vivir". Sin embargo no admitía los
dogmas de Epicuro y se convirtió en unos de sus más radicales adversarios; le
repugnaban, especialmente, las ideas de la reducción del mundo y del hombre a
un mero hacinamiento de átomos y su concepción de que la búsqueda del placer
daba la felicidad, fin último de una vida venturosa.
Zenón da la vuelta a una serie de tesis epicúreas, aunque ambas
escuelas poseían los mismos objetivos y la misma fe materialista al
desenvolverse en la misma especulación filosófica de negar la trascendencia.
A diferencia de los epicúreos, Zenón admite el debate crítico sobre los
dogmas estoicos y por ello estos fueron objetos de profundizaciones,
controversias, revisiones y nuevos planteamientos, evitando así la fosilización
de los textos y sus significados. En cambio, la doctrina de Epicuro no sufrió
variaciones importantes, mientras que el discurso filosófico de Zenón fue
evolucionando de manera muy importante a la luz de los contextos sociales,
especulativos e históricos por los que iba penetrando, identificando la
tradición con las observaciones, las experimentaciones y los progresos de la
inteligencia e intuiciones de los nuevos filósofos que se van turnando con el
paso del tiempo. La filosofía de Zenón evolucionó de manera muy importante a lo
largo de los tres grandes y largos periodos en que se desarrollo el sistema
estoico dejando huellas importante hasta incluso la actualidad; estos fueron:
- "Estoicismo
antiguo" --> Finales del s. IV hasta finales del s. III a. C.;
Destacaron, además del fundador, Clantes
de Assos[2]
y Crisipo de Solos[3].
- "Estoicismo
medio" --> Siglos II y I a. C.; descollaron: Panecio y Posidonio; y
- el periodo del
"estoicismo romano o nuevo estoicismo". Son
textos de la época imperial romana, cuatro siglos después de la fundación del
estoicismo. El estoicismo romano se inserta ya en la era cristiana y sus doctrinas
se van ajustando a las meditaciones éticas y morales teñidas de fuertes
matizaciones religiosas, siguiendo las aspiraciones espirituales de los nuevos
tiempos. Destacaron: Séneca, Epicteto y
Marco Aurelio. De este periodo se conservan obras completas, ricas en
doctrinas y muy numerosas.
Una
fuente primordial es el compendio de la lógica
estoica que Diógenes Laercio
[iv], en su libro VII, toma de Resúmenes de filósofos de Diocles
Magnesio, un cínico amigo de Meleagro de Gadara, de principios del siglo I a.
C. A excepción de la breve y sumaria exposición de Diógenes Laercio, toda la
literatura estoica nace de las controversias surgidas en el siglo II de nuestra
era entre el dogmatismo estoico, la Academia o los escépticos.
2.1. La LÓGICA
DE LA ESTOA: su Teoría del Conocimiento
Los
estoicos dividieron la Lógica en Dialéctica
y Retórica. Diógenes Laercio (VII, 41-42) añade otras dos partes más: la Teoría de las definiciones y la Teoría de los criterios de verdad.
Con
respecto a la Epistemología estoica, generó una lógica formal que redujo las diez categorías[v] de
Aristóteles, esto es, los diez modos de
predicar del ser, a cuatro: el
substrato, la constitución esencial, la constitución accidental y la
constitución accidental relativa, o dicho de otra manera, substancia,
modalidad o modo de ser, cualidad y relación. La teoría estoica del
conocimiento reconoce las sensaciones como fuente común de todas las ideas
intelectuales, sustanciadas en esas cuatro categorías. Su doctrina es
fundamentalmente sensualista y empírica. Únicamente ven en la memoria, en la
experiencia y en los primeros conceptos, rectificaciones modificadas y
asociaciones espontáneas de las sensaciones y como anticipaciones o
representaciones de la impronta de la sensibilidad, como si fueran marcas o
huellas que reproducen las imágenes de los objetos particulares de la realidad.
La estoa
se vale de proposiciones y las divide en dos tipos: simples si sus términos son no-proposiciones y compuestas como 'si X, entonces Y'. Las proposiciones compuestas, a
su vez, se dice que es 1º. verdadera,
'si X e Y son ambas verdaderas'; 2º. falsa:
'si X es verdadera pero Y falsa'; 3º. verdadera:
'si X es falsa e Y verdadera'; 4º. verdadera,
'si X e Y son las dos falsas'. (COPLESTON, F., 2011:332).
Los
estoicos rechazan la doctrina del Universal
concreto y también del Universal
trascendente. Para la estoa antigua solo existían los individuos, y nuestro
conocimiento es un conocimiento de objetos particulares (epistemología o teoría
de conocimiento de la estoa en su primera etapa). Estos objetos particulares
ocasionan una impresión en el alma (según Zenón y Cleantes, τύπωσιϛ; o según Crisipo, έτερоίωσις). El conocimiento, pues, es para ellos,
sobre todo, noticia de esta impresión.
La estoa adopta una posición contraria a la de Platón; este menosprecia la
percpción sensible. En cambio los estoicos más antiguos fundamentan, en esa
misma percepción sensible, todo el conocimiento. Zenón, discípulo de Crates el
cínico, recibirá sus enseñanzas e influencias. Para Zenón el alma humana es,
originariamente, una tabula rasa ('tabla rasa'). Esta es
su tesis epistemológica. Cada individuo nace con la mente 'vacía', sin ideas
innatas, de modo que todos los conocimientos y habilidades de todos los hombres son el resultado del
aprendizaje por medio de sus experiencias y percepciones sensibles. Y de este
dogma surgirá en Empirismo: en él se subraya el papel de la experiencia, que vinculada
a la percepción sensorial, aporta al hombre la formación del conocimiento a
través del aprendizaje
El empirismo parte, pues, del mundo sensible para formar los conceptos o
formas básicas del conocimiento humano. Luego esos concepto se integran en
clases o categorías que se van almacenando en la memoria. Y el alma es como una
tabla rasa en la que nada hay escrito
ni grabado y los conceptos o ideas que aparecen en ella, están muy lejos de ser
innatas como defendió Platón, pues proceden de la sensación y se deben a la
acción misma del entendimiento.
La impresión sensible que origina la sensación es una huella impresa
material, como la que produce el sello sobre la cera. Los Universales platónicos
son una auténtica quimera, un absurdo. Los objetos naturales representados en
los conceptos universales no tienen realidad, ni en la Teoría de las Ideas
platónica, ni en los singulares, como supone Aristóteles; son meros conceptos
subjetivos y abstracciones de la mente humana (nominalismo), a los cuales no
corresponde realidad alguna de la realidad objetiva.
Los universales, por tanto, objetos de la ciencia epistemológica estoica,
no existen fuera de las cosas, según afirma Platón, en El Mundo de las Ideas, ni en las cosas mismas, como teorizó
Aristóteles. Son abstracciones del pensamiento de los seres humanos.
La verdad de una idea o concepto radica en la exactitud con que representa y reproduce en forma de
huella el objeto de la realidad. La evidencia objetiva dimana de la
transparencia clara y perspicua de las cosas, de los objeto y esa evidencia
constituye el criterio de verdad, único, de las certidumbres. En estas últimas
se pueden distinguir grados: imaginación, creencias, comprensión y ciencia. La
regla de juicio, único criterio de verdad es, precisamente la evidencia.
Cicerón escribió: perspicuis cedere, rem
perspicuam approbare.
2.2.Influencias
en la TEORÍA DEL CONOCIENTO de ZENÓN: Antístenes.
Zenón de
Kitio fue discípulo de Antístenes el Cínico, que a su vez, éste último, había
sido discípulo de Gorgias. Luego Zenón se hizo seguidor de Sócrates al que admiraba
mucho porque actuaba, según sus propias convicciones, hasta llegar a costarle
la vida.
Antístenes
se hizo de la independencia y la autosuficiencia un ideal y un fin en sí
mismos. Para él la virtud era vivir con independencia respecto a todos los
bienes del mundo y de los placeres terrenales. La insistencia de Sócrates en el
conocimiento ético le llevó la llevó hasta la muerte, el último extremo,
llegando a despreciar el estudio científico y de las artes. La virtud, decía
Sócrates, es suficiente para alcanzar la felicidad: carecer de necesidades,
controlar los deseos y mantener la total independencia.
Con
todo, Antístenes rechazó con fuerza la Teoría
de las Ideas y sostuvo que lo único que hay en la naturaleza son los
individuos. A cada cosa solo se le puede aplicar su propio nombre[vi].
Se puede decir 'el hombre es hombre' o 'lo bueno es bueno' pero no que el
'hombre es bueno'. Ningún predicado debería atribuírsele a un sujeto, sino
únicamente el sujeto mismo. También sostuvo que de un individuo solo se puede
predicar su propia naturaleza individual: no se le puede atribuir el ser
miembro de una especie; y esta es la razón por la que niega la Teoría de las Ideas de Platón. Además
Antístenes defendió, en su Teoría Lógica,
la posibilidad de contradecirse a sí mismo porque si un hombre dice cosas
diferentes es que está hablando de objetos diferentes (COPLESTON; 2011: págs.
106-107).
El nominalismo, pues, niega la
existencia de los universales en la realidad o en la mente y los considera como
meros nombres o términos. Aparece en la filosofía escolástica medieval. Y fue
defendida por numerosos filósofos al afirmar que no existen los conceptos
generales o universales como realidades o fuera de la mente, anteriores e
independientes del conocimiento, ni en las cosas ni fuera de ellas. Los universales
son meros nombres con los que designamos las propiedades que puedan predicarse
de varios individuos.
Esta teoría se remonta a filósofos como
Gorgias y Antístenes. Luego fue defendida por los estoicos. Poner en duda la
posibilidad misma de conceptos universales se fundamenta en la idea de
considerar realidades solo a las realidades concretas. En consecuencia, los
estoicos fueron EMPIRISTAS Y 'SENSISTAS' porque reducen el conocimiento a la
sensación siendo innecesario buscar otros fundamentos para explicar el acto de
conocer.
Esta idea fue defendida también por los
SOFISTAS, quienes también mantuvieron un racionalismo
que difícilmente se acopla a una concepción empirista y nominalista. Y
aunque defendían que la RAZÓN (< gr. λóγος,
νοῦς, 'mente o pensamiento') es el resultado de un
desarrollo, que va incrementándose durante los primeros 14 años de la vida de
un ser humano, al mismo tiempo defienden también que no solo existen IDEAS GENERALES formadas
conscientemente, sino también que además algunas IDEAS GENERALES que
anteceden a la experiencia perceptiva, porque el hombre posee una
predisposición natural para construirlas y a estas podríamos llamar 'ideas innatas'.
Según los
estoicos, solo por medio de la RAZÓN es posible conocer la naturaleza, el
sistema de realidad, la FÍSICA,
en que aparecen inmersos los seres humanos y a esto se le llama RACIONALISMO o
INTELECTUALISMO. Al mismo tiempo aseguran que la LÓGICA es la que nos permite entender los normas éticas.
Epicteto nos hace ver que juicio
de valor, emoción e impulso son tres piezas indisolubles de
lo que el estoicismo, en su epistemología, llama la percepción comprensiva o representación
(φαντασία καταληπτική), el criterio de verdad de la Lógica de su
sistema, es decir, la percepción misma porque ésta IMPELE (OBLIGA / FUERZA) al asentimiento
del ánimo.
Los estoicos
especularon con ahínco sobre el asunto del CRITERIO
DE VERDAD (Katalepsis: κατάληψις, 'comprensión')
o PERCEPCIÓN
COMPRENSIVA o REPRESENTACIÓN [vii],
de manera que el criterio de verdad radica en la percepción misma, que es la
que inexorablemente conduce al ASENTIMIENTO
DEL ÁNIMO: solo cuando la percepción es clara y evidente. Pero esta
especulación filosófica no se ajusta nada bien con su opinión de que únicamente
la CIENCIA es la que nos da
un conocimiento cierto de la realidad.
Surge un
serio obstáculo cuando el alma o el espíritu puede rechazar su asentimiento a
lo que, objetivamente, pudiera parecer una percepción verdadera. Y los estoicos
ejemplifican con el siguiente caso: Cuando Admeto se le aparece su difunta
esposa Alcestes, el primero vive una percepción clara y evidente; sin embargo,
no da crédito a tal percepción, pues también es evidente su objeción al tener
la convicción de que los muertos no resucitan, aunque los seres humanos puedan
experimentar engañosas apariencias de difuntos.
El médico y
filósofo griego Sexto Empírico (ca. 160 - ca. 210 d. C.), uno de los máximos
representantes del escepticismo pirrónico, corriente filosófica basada en la
duda constante sobre el conocimiento, al
hablarnos de los últimos estoicos, dice que ante lo anterior añadieron la 'coletilla'
siguiente para salvar aquel obstáculo u objeción: el conocimiento objetivo de
la realidad se obtiene por la percepción comprensiva siempre y cuando no esté
contaminada de obstáculos subjetivos como el de Admeto.
Objetivamente,
la percepción de la difunta vale como criterio de verdad dado que es una
percepción comprensiva, una representación; en cambio, subjetivamente, el viudo
experimenta un obstáculo subjetivo fundado en la convicción de que los muertos
no resucitan. Y ante esta argumentación solo queda la duda sobre cuando
asegurar o no si los obstáculos u objeciones son verdaderos o ilusorios.
(COPLESTON; 2011: págs. 332-333).
2.3. La COSMOLOGÍA DE LA ESTOA
Los estoicos,
en esta, siguen la doctrina de Heráclito de que el Logos y el Fuego son las sustancias
del mundo; también recogen otros aspectos de Platón y de Aristóteles, como por
ejemplo, los λόγоι σπερματικоί, de
Platón, que nos aportan
connotaciones de la Teoría de las
Ideas o de las formas (εἶδος) o división entre
el Mundo de las cosas sensibles -de
las cosas sensibles- y el otro que no se puede percibir por los sentidos, el Mundo inteligible, donde habitan las
ideas o las formas[viii]
(COPLESTON, 2011: 333 y ss.).
Los estoico ven en la realidad dos
principios:
a) EL PRINCIPIO ACTIVO o logos universal
(gr. τό πоιоων), que no es
espiritual sino material, y
b) EL PRINCIPIO PASIVO o materia (gr. τо πάоχоν), que también es material.
Sin embargo, esta concepción no es un DUALISMO tal y como lo concibió Platón
(mundo inteligible o inmutable de las Ideas, frente al mundo sensible o
corruptible, sometido al cambio constante y al devenir). En rigor, no es un dualismo el de los estoicos, porque
ambos principios son materiales y los dos constituyen un TODO.
El logos universal no es inmaterial; tiene
naturaleza corpórea. Solo lo real puede actuar o sufrir una acción; y como solo
un cuerpo puede actual o padecer una acción, asimismo todo lo real es corpóreo
(MATERIALISMO): la materia carece de cualidades y es pasiva; su equivalente
podría ser la materia prima de
Aristóteles.
Con respecto al principio activo es, a
la vez, causa eficiente y también causa formal de todo lo que acontece;
contiene en sí el germen o las semillas que generan y, por las que se
desarrollan las cosas. En esto, los estoicos desechan la causa final aristotélica.
En consecuencia, podemos afirmar que la
doctrina cosmológica del estoicismo es, pues un MONISMO MATERIALISTA, aunque no
todos los estoicos lo mantuvieron con coherencia a lo largo del tiempo. No
sabemos con seguridad la posición que defendió Zenón, aunque Cleantes y Crisipo
consideran los dos principios como un TODO.
Al principio activo o razón universal,
fuego activo y artífice que genera y rige todo penetrándolo, le llaman
"Dios". El Universo es, en
consecuencia, un Todo animado y divino (PANTEÍSMO). Nada escapa a la ley
inmanente que dirige el Todo y los sucesos vienen determinados por una cadena
causal inexorable. Este determinismo que rige el cosmos se le llama también Destino o Providencia.
En la Stoa, Destino o Providencia es un orden necesario y totalmente racional que
nada tiene que ver con el Hado ciego de la mitología griega. Los Hados
mitológicos eran fuerzas o divinidades que regían o determinaban el destino de
los hombres y de los dioses, un poder sobrenatural inevitable llamado Destino (< gr. Ἀνάγκη 'Ananké') y también Fatum o Sino.
Copleston
(ibídem, 2011, pág. 333, n. 8), citando a Pope, Essay on Man. I, 267,
nos da los siguientes versos, asegurando
que Cleantes y Crisipo consideraron los dos principios, es decir, el logos
universal y la materia, como las dos caras de una misma y sola moneda:
All are but parts of one
stupendous whole / whose body Nature is and God the soul. [No hay sino partes
de un maravilloso Todo / cuyo cuerpo es la Naturaleza y cuya alma es Dios.]
La Materia es
el principio pasivo sin cualidad alguna, y el principio activo es la Razón
inmanente o "Dios". La belleza natural observable en la Naturaleza
nos hace pensar en un principio pensante del Universo de Dios: Dios que, en su
Providencia -finalidad-, ha dispuesto todos los seres percibidos para el bien
de los seres humanos. Porque, de entre todos los fenómenos de la Naturaleza, el
ser más excelente y perfecto, jerárquicamente, es el hombre. De este hecho
irrefutable, se debe deducir que el Todo no puede ser menos perfecto y elevado
que una de sus partes; de ahí, los estoicos defenderán que Dios es la
Conciencia del mundo, asegurando, al mismo tiempo, que ese Dios es tan material
como el sustrato sobre el que actúa[ix].
Del mismo
modo que Heráclito, los de la Stoa, hacen del fuego el principio primordial de
todas las cosas. "Todo fluye : τὰ πάντα ῥεῖ"; "Πάντα ῥεῖ καὶ οὐδὲν μένει = Todo fluye, nada permanece", asegura Platón que dijo Heráclito.
O "Todas las cosas están en movimiento, nada es fijo" como afirma
Aristóteles de la doctrina de Heráclito. Aunque de todo esto no se puede
deducir que Heráclito pretendiera enseñar que el constante cambio es la nada,
porque entraría en contradicción con el resto de su filosofía. Heráclito
insiste en su 'Palabra o Logos'. Su concepción nos hace entender que en la
unidad está la diversidad, y en la diversidad, la unidad.
Si
Anaximandro considera la guerra de los opuestos como algo desordenado, algo que
mancilla la pureza del Uno, para Heráclito, en cambio, la lucha de los
contrarios entre sí, lejos de dañar la unidad del Uno, afirme que el Uno solo
puede existir en la tensión de los contrarios y esa tensión se hace esencial
para la unidad del Uno.
"Conviene
saber que la guerra es común a todas las cosas y lucha es la justicia, y que
todo se engendra y muere mediante lucha[x]."
Para
Heráclito, pues, la realidad es una; pero, a la vez, es múltiple y esto en su
doctrina es esencial y no accidental. Para que exista el Uno, es esencial que
sea al mismo tiempo uno y múltiple, identidad en la diferencia. Su filosofía
responde a la idea de un Universo concreto, del Uno existente en lo múltiple:
Identidad en la diferencia.
Frente a él,
la doctrina de Parménides: este defendió
el Ser, el Uno, como el Es, frente al devenir y al cambio, que son pura
ilusión de los sentidos. Si algo empieza a ser, o procede del Ser, o procede
del No-Ser; si procede del Ser, entonces ya es; y si viene del No-Ser, no es
nada porque de la nada no pude salir nada. De ahí que Parménides sostenga que
el devenir es pura ilusión. El Ser es simplemente y es Uno, porque la
pluralidad es también ilusoria.
El Uno en la
múltiple de Heráclito le llevó a defender que la esencia (ἀρχή, 'fuente', 'principio' u 'origen') de
todas las cosas es el fuego, concepción esta tomada por los estoicos. La
experiencia sensible nos enseña que el fuego vive alimentándose de una materia
heterogénea, que a la vez va consumiendo
y transformando en sí. El fuego brota de multitud de objetos; sin ese alimento
de materias el fuego muere, deja de arder. La existencia misma del fuego
depende de esa 'lucha', de esa 'tensión'. El fuego, por tanto, en Heráclito, es
el símbolo de su filosofía: "El fuego es falta y exceso", esto es, el
fuego es todas las cosas que existen. Y todo lo que existe está en una
constante tensión, en un combate de consunción, de inflamamiento y de extinción:
"Todas las cosas se transforman en
fuego y el fuego en todas las cosas, lo mismo que se cambia el oro por las
mercancías y las mercancías por el oro"[xi].
(ARTÍCULO INCONCLUSO)
Madrid,
1 de enero de 2017
A.T.T.
[2]. Assos es una ciudad
en la isla jónica de Cefalonia. Diógenes Laercio atribuye a Cleantes más de
cincuenta escritos, de los que no han llegado unos 150 fragmentos, entre los
que destaca uno de cuarenta versos del Himno a Zeus, una de las más inspiradas
expresiones del concepto religioso estoico en honor a la mente divina regidora
del cosmos. Cultivó la Teología, la Física y la Lógica, pero sus aportes más
importantes a la escuela fueron en el campo religioso. En efecto, mientras que
su sucesor Crisipo, insistía en la Lógica y en la Física, Cleantes prefirió la
Teología y la moral, haciendo de la filosofía una regla para su vida.
(Fuente: Texto extraído de http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=cleantes-de-assos)
[3]. Solos,
antigua ciudad de Cilicia, zona costera meridional de la península de Anatolia,
también llamada Asia Menor, ocupada
actualmente por la parte asiática de Turquía.
[iv]. DIÓGENES
LAERCIO,
(1999), Los Filósofos Estoicos, Introducción, traducción y notas por
Antonio López Leire, EXEMPLARIA GRAECA. Colección de textos clásicos griegos,
Barcelona, PPU.
[v]. Categoría, en Aristóteles,
procede del griego κατηγορια, cuyo
significado va más allá de 'predicado' , o sea, 'lo que se dice del sujeto en
una proposición', manifestando lo que hace el sujeto o de la realidad que
designa. Son diez: sustancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo,
posición, acción y pasión. Únicamente expresan una idea; nunca afirman ni
niegan nada, pero cuando se relacionan aportan Juicios que afirman o niegan. Así 'hombre', 'medita' y 'ahora', si
se combinan o relacionan se transforman en una afirmación: 'El hombre medita
ahora'.
Andrónica
de Rodas en el s. I a. C. denominó El
Libro de las Categorías 'Organon' (<όργανον) que en griego
antiguo significa 'instrumento'. Esta obra fue escrita por Aristóteles h. 347
a. C., posiblemente en la última etapa de permanencia en la Academia de Platón.
Las categorias eran textos de apoyo para sus clases que iba retocando y
reescribiendo sin llegar a dar una versión definitiva.
(Bosch Sánchez, José Miguel, Introducción al tratado
"Categorías" de Aristóteles; en filosofiaunderground.blogspot.com/2012/09/categorias-de-aristoteles.html.
Consulta
el 15 de noviembre de 2016, 17:51 horas).
[vi].
EL NOMINALISMO es la doctrina
filosófica que niega la existencia de los Universales
o de las entidades abstractas, tanto de manera inmanente (en las cosas
concretas) como trascendente (fuera de los particulares). Se opone, por tanto,
al UNIVERSALISMO: ciencia en la
existencia de una verdad universal, objetiva y eterna que lo domina todo.
[vii]. Katalepsis significa acción de
coger, capturar, sorprender, además de percepción y comprensión, pero también
implica no solo la captación directa de la realidad, sino la conciencia de esa
captación. Un representación es una huella en el alma o una alteración del alma,
una imagen mental producida por un objeto exterior. Sin embargo, no toda
representación es válida porque nuestro sentidos nos pueden engañar; únicamente
la representación catalepsis o comprensión implica la certidumbre de que la
representación se ajusta al objeto real.
[viii]. Platón,
diferencia, pues dos modos distintos de realidad: la inteligible, con la Idea como fundamento: inmaterial,
eterna, ingenerada e indestructible, ajena al cambio, que conforma el modelo o
arquetipo de otra realidad, la sensible, susceptible de cambio: las cosas
materiales y corruptibles, que nos aparecen sometidas a generación y
destrucción. Las cosas de este mundo sensible, en continuo devenir, y por
tanto, no verdaderas, . son copias de la realidad inteligible. Solo la Idea aporta
el verdadero conocimiento o episteme (< gr. ἐπιστήμη
epistḗmē); las cosas, en cambio
solo dan opinión o conocimiento sensible (< gr. δόξα).
Aristóteles, en su Metafísica, asegura que Platón separó el Mundo inteligible -kósmos noetós- del Mundo sensible -kósmos haratós- (DUALISMO
INTELIGIBLE/SENSIBLE).
[ix].Escribe Seneca (ESTOICO), en su Naturalium
quaestionem, II, 45:
"¿Quieres
llamarle Destino (fatum) No te equivocas; de él dependen todos
los acontecimientos; en él están las causas de las causas. ¿Quieres llamarle Providencia
(providemtiam)? Bien le llamas: su providencia vela por las necesidades
del mundo, para que nada altere su marcha, y realice su ordenado fin.
¿Prefieres llamarle Naturaleza? No errarás: de él ha nacido todo; de su
aliento divino. ¿Quieres llamarle Mundo? No te engañas: él es todo lo
que ves, está todo entero en cada una de sus partes y se sostiene por su propio
ser. De la misma manera que nosotros pensaron los etruscos, y si dicen que el
rayo procede de Júpiter, es porque nada se hace sin él".
[x]. Heráclito,
Frag. 80, cit. por Copleston, ibídem,
pág. 39, n. 13.
BIBLIOGRAFÍA
COPLESTON, Frederick, (2011) Historia de la Filosofía, vol I: De la Grecia Antigua al Mundo Cristiano
[Título original: A HISTORY OF PHILOSOPHY,
Tomo I: Greece and Rome; Burns and
Oates Ltd.- The Bellarmine Series IX] Traducción de Juan Manuel García de la
Mora; Edición castellana dirigida por Manuel Sacristán, Barcelona, Ariel
Filosofía [de Planeta], 2ª. reimpresión: septiembre de 2011.
(Esta es un gran
Historia de la Filosofía:
Tomo II.
Primera parte,
- Sobre la Filosofía Presocrática, págs. 24 y ss.
- Sobre los Sofistas, PÁGS.75 y ss.
- Sobre SÓCRATES, págs. 87 y ss.
- Sobre PLATÓN, págs. 117 y ss.
- Sobre ARISTÓTELES, págs. 233 y ss.
- Sobre La Filosofía judeohelenística, págs. 390 y ss.
Tomo II. Primera parte.
- Sobre Cristianismo y filisofía griega, págs. 13 y ss.
Tomo II. Cuarta parte.
-Sobre Filosofía islámica y judía: traducciones, págs.
157 y ss.
- Sobre
EL ESTOICISMO
ELORDUY, Eleuterio, S.J., (1972),
El estoicismo, vols. I y II, con la
colaboración de J. Pérez Alonso, Madrid, Editorial Gredos, 1972.
HADOT, P. (1998), ¿Qué es la filosofía antigua? Traducción de Eliane Cazenave Tapie
Isoard, México: FCE. págs. 117-118.
BUSTOS, Natacha, "El estoicismo
como escuela: problemáticas vinculadas a su sistematicidad" en Anais de
Filosofía Clásica, vol 7 nº. 13, 2013, págs. 23 y ss.
- Sobre LA MU’TAZILA
MARÍN GUZMÁN, Roberto, (2003) "La Mu’tazila,
escuela librepensadora del Islam.
Historia de una controversia tológica y triunfo del ash’arismo. Siglos
IX y X" en Estudios de Asia y África XXXVIII: 1,Universidad de
Costa Rica, págs. 1-58.
YASSINE BENDRISS,
Ernest, (2013), Breve historia del Islam, Ediciones
Nowtilus,
Madrid.
-
Sobre FILOSOFÍA ANTIGUA GRIEGA
DIÓGENES
LAERCIO, (1999),
Los Filósofos Estoicos, Introducción,
traducción y notas por Antonio López Leire, EXEMPLARIA GRAECA. Colección de
textos clásicos griegos, Barcelona, PPU.
REALE,
Giovanni y ANTISERI, Dario, (2010), Historia de la filosofía I.
De la Antigüedad a la Edad Media, vol. 1, Filosofía antigua-pagana,
Barcelona, Herder Editorial, [Título original: Storia della filosofía, I. Dall´Antichitá al Medievo. 1. Filosofia antico-pagana, Traducción:
Juan Andrés Iglesias, María Pons Irazazábal y Antoni Martínez Riu, Editrice La
Scuola, Brescia].
TEJEDOR CAMPOMANES, César, (1997), Historia de la Filosofía, Ediciones SM, Madrid.
BIBLIOGRAFÍA
COPLESTON, Frederick, (2011) Historia de la Filosofía, vol I: De la Grecia Antigua al Mundo Cristiano
[Título original: A HISTORY OF PHILOSOPHY,
Tomo I: Greece and Rome; Burns and
Oates Ltd.- The Bellarmine Series IX] Traducción de Juan Manuel García de la
Mora; Edición castellana dirigida por Manuel Sacristán, Barcelona, Ariel
Filosofía [de Planeta], 2ª. reimpresión: septiembre de 2011.
(Esta es un gran
Historia de la Filosofía:
Tomo II.
Primera parte,
- Sobre la Filosofía Presocrática, págs. 24 y ss.
- Sobre los Sofistas, PÁGS.75 y ss.
- Sobre SÓCRATES, págs. 87 y ss.
- Sobre PLATÓN, págs. 117 y ss.
- Sobre ARISTÓTELES, págs. 233 y ss.
- Sobre La Filosofía judeohelenística, págs. 390 y ss.
Tomo II. Primera parte.
- Sobre Cristianismo y filisofía griega, págs. 13 y ss.
Tomo II. Cuarta parte.
-Sobre Filosofía islámica y judía: traducciones, págs.
157 y ss.
- Sobre
EL ESTOICISMO
ELORDUY, Eleuterio, S.J., (1972),
El estoicismo, vols. I y II, con la
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