De
IV Domesticar a la pantera
UNO
" [...] Que nadie se sintiera excluido.
En el plano mundial, al igual que en el seno de cada
sociedad, nadie debería sentirse ridiculizado, minusvalorado, objeto de burla,
'demonizado', hasta el extremo de verse obligado, para poder vivir en su
entorno social, a disimular con vergüenza su religión, su color, su lengua, su
apellido o cualquier otro componente de su identidad. Todos los seres humanos
deberían poder asumir, con la cabeza alta, sin miedo y sin resentimiento, todas
y cada una de su pertenencias."
(Maalouf, Amin, Identidades asesinas, pág. 132)
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