El matrimonio y sus
hijos han soportado un accidente estoicamente.
El
adverbio "estoicamente", que modifica al verbo 'han soportado',
quiere indicar una cierta fortaleza de ánimo ante la adversidad. En general, se
suele asociar al estoicismo la idea de que alguien ha padecido algún
padecimiento con fortaleza de ánimo, con un cierto coraje personal.
Zenón
de Citio, Cleantes de Assos y Crisipo de Solos son los filósofos responsables
de haber iniciado el estoicismo, una de las escuelas filosóficas griegas con
mayor influencia y penetración en el pensamiento posterior.
Efectivamente,
el estoicismo, junto con el epicureísmo y el escepticismo académico, constituye
uno de los tres movimientos intelectuales más destacados del Helenismo, periodo
que abarca desde la muerte de Aristóteles (322 a. C.) hasta el fin de la
República Romana, batalla naval de Accio (31 a. C.) o triunfo de Octavio[1]
contra Marco Antonio. Este episodio sirve también para cerrar el Helenismo, ese
fascinante periodo de la filosofía antigua que duró aproximadamente unos
quinientos años. El pensamiento estoico tuvo una importancia decisiva en la
Antigüedad tardía y en la filosofía europea posterior..
Los estoicos se
consideraron a sí mismos como discípulos más o menos directos de Sócrates, pero
del Sócrates de los primeros diálogos de Platón y del retrato del Sócrates que
deja Jenofonte de él (Libro II de los Memorabilia
'Memorables'), según señala Diógenes Laercio (VII 2). Jenofonte y Platón coinciden en un
punto importante: Sócrates solo debatía sobre aquello que hace buenos a los
seres humanos como individuos y como ciudadano. Además de Sócrates, los cínicos
también tuvieron una repercusión importante en la concepción ética del
estoicismo antiguo.
El
estoicismo corrobora que es una escuela de filosofía sistemática que organiza
el saber filosófico dividiéndolo en tres partes: Lógica, Física y Ética. Sin
embargo, esta articulación es común en el Helenismo a todas las escuelas y se
remonta al académico Jenócrates, discípulo de Platón, y a Aristóteles.
Los
planteamientos de Zenón y sus seguidores acabarán relacionándose con el
epicureísmo, la física de Heráclito[2], el atomismo de Demócrito,
la ética de los cínicos y algunos enfoques de la Academia y del peripato.
Adentrarse
en el estoicismo es reabrir el pensamiento helenístico y repensar la filosofía
de la Estoa, en su deriva hacia la inmanencia y el determinismo, a través de
los autores más relevantes de sus distintas etapas, a saber: el antiguo
estoicismo[3], la Estoa media[4] y el estoicismo tardío[5] hasta llegar a centrarnos en una de las obras
más destacadas de Epicteto, el Enquiridión,
fuente de inspiración para la figura del filósofo asesor del Helenismo y para
todos cuantos estamos interesados en la 'ciencia de la vida' o 'en el arte que proporciona
a los hombres la felicidad o la infelicidad', conforme a la naturaleza (RUFO,
Musonio, Disertaciones VIII y XIV).
[1]. Octavio inicia el Imperio Romano que, con el nombre de
César Augusto, gobernó como Emperador entre el 27 a. C. hasta el 14 d. C.
[2]. La herencia de Heráclito es clave para comprender la inspiración
de la doctrina cosmológica del estoicismo en su totalidad, pues los estoicos
repitieron la doctrina heraclitea de que el Logos
y el Fuego son las sustancias del
mundo (monismo materialista), aunque
sus principales representantes no siempre la mantuvieron con coherencia.
La fuerza y la influencia del estoicismo no decayó con la
caída del Imperio Romano si no que se mantuvo durante toda la Edad Media,
rebrotó con bríos en el Renacimiento y dejó huellas indelebles en la filosofía
y literatura moderna y contemporánea hasta nuestros días.
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