El sueño de la razón produce monstruos

martes, 10 de julio de 2012

Un romance de Lope de Vega...

 
Féliz Lope de Vega y Carpio 
(Madrid, 1562- id., 1635)


    ROMANCE

  A mis soledades[1] voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
  No sé qué tiene el aldea
donde vivo, y donde muero,
que con venir de mí mismo,
no puedo venir más lejos.
  Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.
  Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.
  De cuantas cosas me causan
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.
  Él dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento;
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.
  La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo
su locura en su arrogancia,
mi humildad en mi desprecio.
  Etc., etc., etc…


[1]. Este romance esta inserto en su obra en prosa La Dorotea (1632). Esta obra está dividida en cinco actos y Lope la llama "acción en prosa" dando a entender que no se podía representar a pesar de su estructura dramática (forma dialogada), al igual que La Celestina. La escribe  con setenta años y en ella recuerda con nostalgia su mocedad, sus amores con Elena Osorio (Filis), mujer casada y separada de su marido que después de cinco años de relaciones con Lope, lo abandona por un rico amante y el poeta hizo correr poemas que la insultaban. Por eso, en un juicio muy sonado, se le condenó a ocho años de destierro de Madrid, y dos de Castilla.
            El romance "A mis soledades voy..." tiene un tono meditativo y profundo, escrito en su madurez, es quizás el más conocido y divulgado de Lope y se considera el romance sentencioso más bello de nuestra literatura.

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