La
difícil frontera entre el dionisismo y el orfismo
Desde
los primeros testimonios, según Jiménez San Cristóbal, Ana Isabel[i],
Dioniso guarda una estrecha relación con el mundo de los muertos; simboliza la
muerte y el renacimiento. Por ello, numerosas tumbas griegas, itálicas o
ibéricas llevan símbolos de las festividades dionisíacas, con vasos de bebida y
con falos. Pero a pesar del carácter ctónico de Dioniso, la creencia en el Más
Allá no aparece claramente en los misterios báquicos de época clásica, dado que
los textos que se alegan en su apoyo guardan estrecha relación con el orfismo
donde la dualidad cuerpo/alma supone la creencia en una vida después de la
muerte en que el alma adquiere todo el protagonismo. Las almas de los iniciados
órficos que superen el tránsito al Hades habitarán junto a los dioses, mientras
que las de los no iniciados y las que fracasen en la travesía del Tártaro
sufrirán castigo y volverán a reencarnarse. En discordancia con los órficos,
ningún castigo ni pena acecha a los seguidores dionisíacos, según rezan los
documentos de la época clásica. Esta es otra diferencia esencial entre los
misterios de Diosiso y los ritos de Orfeo.
En
definitiva, podemos inferir que de los testimonios que relacionan los ritos de
Orfeo con los misterios de Dioniso ponen de manifiesto que a Orfeo se le
atribuyen la redacción de narraciones sagradas y la transmisión de rituales en
que Dioniso juega un papel relevante. El dionisismo se ciñó estrictamente al
ámbito del culto, mientras que el orfismo aparece reflejado en la literatura y
la filosofía, además de en el culto propiamente dicho. La literatura órfica más
antigua es de temática predominantemente religiosa y hunde sus raíces en cultos
mistéricos dionisíacos al margen de la religión oficial. Diversos testimonios epigráficos
dan fe de la existencia del culto cívico de Dioniso en época micénica,
anterior, pues, a su culto mistérico. Sin embargo el orfismo se mantuvo durante
siglos alejado de la religión oficial, pero sin enfrentarse a ella. En época
imperial es cuando se produce el proceso de integración al fundirse los cultos
órficos y dionisíacos.
En
el culto dionisiaco el iniciado participa en ritos que le aceran al dios, pero
no penetra en un saber que lo transforma. En cambio, es intrínseco a las τελεταί
órficas
la adquisición de un saber escatológico que le haga comprender el conocimiento
de la naturaleza del alma, su situación en el mundo y cómo librarse de su
condición de mortal, mensaje que está fijado en relatos que sancionan los ritos
donde se encuentran las claves para acceder al citado conocimiento. El orfismo
puede definirse como una religión del libro cuyos textos juegan un función de
suma importancia. Bianchi, afirma Jiménez San Cristóbal, Ana Isabel[ii],
que el orfismo es una superación misteriosófica y gnóstica de los misterios, en
el que el recurso constante al texto es una de sus principales características.
A
partir del siglo III a. C. y hasta el V d. C. abundan las referencias a ritos
denominados τελεταί y ὂργια y en latín, sacra, relacionados con creencias
órficas o bien instituidos por Orfeo para celebrar a Dioniso; en muchos de
ellos, el desmembramiento del dios constituye un elemento esencial. Por ello no
es de estañar que muchas veces los rituales órficos se denominen dionisíacos ni
que a veces se confundiesen. Además, los propios mitos de Dioniso y Orfeo
tienden a asemejarse en asuntos como la relevancia de la región de Tracia, los
descensos al Hades y la muerte por desmembramiento.
El
orfismo se configura desde sus orígenes como un culto mistérico, cercano a
cultos mistéricos dionisíacos, y al margen de la religión oficial, pero sin
enfrentarse a ella; también se puede explicar como una variante del dionisismo
que mitiga su parte agresiva y cruenta y, a diferencia del culto dionisíaco, el
orfismo no se desdobló en fiestas cívicas y tíasos[1]
privados. Solo en la época imperial, y en el ámbito de la polis, lo órfico y lo dionisíaco terminaron por fundirse.
Frente
al concepto de religión mistérica que representan, afirma Jiménez San Cristóbal, Ana Isabel[iii],
las corrientes eleusina y dionsíaca, el orfismo puede definirse como una
religión misteriosófica, porque el iniciado accede a un saber escatológico que
lo transforma, y ese conocimiento está fijado en libros rituales donde se
encuentran las claves para su interpretación. En cambio, la religión dionisíaca
no dispone de una literatura propia y los ejemplos aducidos al respecto están
relacionado de algún modo a Orfeo y el orfismo.
[1].
Tíaso o comitivas extáticas de Dioniso, a veces descrita como un grupo de
juerguistas borrachos.
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