El sueño de la razón produce monstruos

domingo, 1 de enero de 2017

Epicureísmo vs. Estoicismo (2ª. Parte; II)


EPICUREÍSMO vs ESTOICISMO
SEGUNDA PARTE
2.- ESTOICISMO
Cuando habían pasado unos cinco años desde la fundación de "El Jardín de Epicuro", finales del siglo IV a. C., nace en el ágora de Atenas otra escuela filosófica que se llamará Στοά ποικίλη (< gr. Stóa poikilé, que significa pórtico pintado[1]). La funda un joven de raza semita, Zenón de Citio (Chipre) que llega a Atenas hacia el 312 a. C., seducido por la filosofía. como no era ciudadano ateniense, no tenía derecho a comprar construcción alguna e impartía sus enseñanzas en un "pórtico" con pinturas murales de Polignoto. Por ello se llamó a esta escuela el "Pórtico" o la "Στοά" y a sus seguidores "los del Pórtico" o "los de la stoa".
Del mismo modo que Epicuro, Zenón negaba la metafísica y la trascendencia de todo tipo de forma. El de Kitio compartía con el primero la idea de la filosofía como "arte de vivir". Sin embargo no admitía los dogmas de Epicuro y se convirtió en unos de sus más radicales adversarios; le repugnaban, especialmente, las ideas de la reducción del mundo y del hombre a un mero hacinamiento de átomos y su concepción de que la búsqueda del placer daba la felicidad, fin último de una vida venturosa.
Zenón da la vuelta a una serie de tesis epicúreas, aunque ambas escuelas poseían los mismos objetivos y la misma fe materialista al desenvolverse en la misma especulación filosófica de negar la trascendencia.
A diferencia de los epicúreos, Zenón admite el debate crítico sobre los dogmas estoicos y por ello estos fueron objetos de profundizaciones, controversias, revisiones y nuevos planteamientos, evitando así la fosilización de los textos y sus significados. En cambio, la doctrina de Epicuro no sufrió variaciones importantes, mientras que el discurso filosófico de Zenón fue evolucionando de manera muy importante a la luz de los contextos sociales, especulativos e históricos por los que iba penetrando, identificando la tradición con las observaciones, las experimentaciones y los progresos de la inteligencia e intuiciones de los nuevos filósofos que se van turnando con el paso del tiempo. La filosofía de Zenón evolucionó de manera muy importante a lo largo de los tres grandes y largos periodos en que se desarrollo el sistema estoico dejando huellas importante hasta incluso la actualidad; estos fueron:
            - "Estoicismo antiguo" --> Finales del s. IV hasta finales del s. III a. C.; Destacaron, además del fundador, Clantes de Assos[2] y Crisipo de Solos[3].
            - "Estoicismo medio" --> Siglos II y I a. C.; descollaron: Panecio y Posidonio; y
            - el periodo del "estoicismo romano o nuevo estoicismo". Son textos de la época imperial romana, cuatro siglos después de la fundación del estoicismo. El estoicismo romano se inserta ya en la era cristiana y sus doctrinas se van ajustando a las meditaciones éticas y morales teñidas de fuertes matizaciones religiosas, siguiendo las aspiraciones espirituales de los nuevos tiempos. Destacaron: Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. De este periodo se conservan obras completas, ricas en doctrinas y muy numerosas.
Una fuente primordial es el compendio de la lógica estoica que Diógenes Laercio


[iv], en su libro VII, toma de Resúmenes de filósofos de Diocles Magnesio, un cínico amigo de Meleagro de Gadara, de principios del siglo I a. C. A excepción de la breve y sumaria exposición de Diógenes Laercio, toda la literatura estoica nace de las controversias surgidas en el siglo II de nuestra era entre el dogmatismo estoico, la Academia o los escépticos.

 

2.1. La LÓGICA DE LA ESTOA: su Teoría del Conocimiento

 

Los estoicos dividieron la Lógica en Dialéctica y Retórica. Diógenes Laercio (VII, 41-42) añade otras dos partes más: la Teoría de las definiciones y la Teoría de los criterios de verdad.

 

Con respecto a la Epistemología estoica, generó una lógica formal que redujo las diez categorías[v] de Aristóteles, esto es, los diez modos de predicar del ser, a cuatro: el substrato, la constitución esencial, la constitución accidental y la constitución accidental relativa, o dicho de otra manera, substancia, modalidad o modo de ser, cualidad y relación. La teoría estoica del conocimiento reconoce las sensaciones como fuente común de todas las ideas intelectuales, sustanciadas en esas cuatro categorías. Su doctrina es fundamentalmente sensualista y empírica. Únicamente ven en la memoria, en la experiencia y en los primeros conceptos, rectificaciones modificadas y asociaciones espontáneas de las sensaciones y como anticipaciones o representaciones de la impronta de la sensibilidad, como si fueran marcas o huellas que reproducen las imágenes de los objetos particulares de la realidad.

 

La estoa se vale de proposiciones y las divide en dos tipos: simples si sus términos son no-proposiciones y compuestas como 'si X, entonces Y'. Las proposiciones compuestas, a su vez, se dice que es 1º. verdadera, 'si X e Y son ambas verdaderas'; 2º. falsa: 'si X es verdadera pero Y falsa'; 3º. verdadera: 'si X es falsa e Y verdadera'; 4º. verdadera, 'si X e Y son las dos falsas'. (COPLESTON, F., 2011:332).

 

Los estoicos rechazan la doctrina del Universal concreto y también del Universal trascendente. Para la estoa antigua solo existían los individuos, y nuestro conocimiento es un conocimiento de objetos particulares (epistemología o teoría de conocimiento de la estoa en su primera etapa). Estos objetos particulares ocasionan una impresión en el alma (según Zenón y Cleantes, τύπωσιϛ; o según Crisipo, έτερоίωσις). El conocimiento, pues, es para ellos, sobre todo, noticia de esta impresión.

 

La estoa adopta una posición contraria a la de Platón; este menosprecia la percpción sensible. En cambio los estoicos más antiguos fundamentan, en esa misma percepción sensible, todo el conocimiento. Zenón, discípulo de Crates el cínico, recibirá sus enseñanzas e influencias. Para Zenón el alma humana es, originariamente, una tabula rasa ('tabla rasa'). Esta es su tesis epistemológica. Cada individuo nace con la mente 'vacía', sin ideas innatas, de modo que todos los conocimientos y habilidades  de todos los hombres son el resultado del aprendizaje por medio de sus experiencias y percepciones sensibles. Y de este dogma surgirá en Empirismo: en él se subraya el papel de la experiencia, que vinculada a la percepción sensorial, aporta al hombre la formación del conocimiento a través del aprendizaje

 

El empirismo parte, pues, del mundo sensible para formar los conceptos o formas básicas del conocimiento humano. Luego esos concepto se integran en clases o categorías que se van almacenando en la memoria. Y el alma es como una tabla rasa en la que nada hay escrito ni grabado y los conceptos o ideas que aparecen en ella, están muy lejos de ser innatas como defendió Platón, pues proceden de la sensación y se deben a la acción misma del entendimiento.

 

La impresión sensible que origina la sensación es una huella impresa material, como la que produce el sello sobre la cera. Los Universales platónicos son una auténtica quimera, un absurdo. Los objetos naturales representados en los conceptos universales no tienen realidad, ni en la Teoría de las Ideas platónica, ni en los singulares, como supone Aristóteles; son meros conceptos subjetivos y abstracciones de la mente humana (nominalismo), a los cuales no corresponde realidad alguna de la realidad objetiva.

 

Los universales, por tanto, objetos de la ciencia epistemológica estoica, no existen fuera de las cosas, según afirma Platón, en El Mundo de las Ideas, ni en las cosas mismas, como teorizó Aristóteles. Son abstracciones del pensamiento de los seres humanos.

 

La verdad de una idea o concepto radica en la exactitud  con que representa y reproduce en forma de huella el objeto de la realidad. La evidencia objetiva dimana de la transparencia clara y perspicua de las cosas, de los objeto y esa evidencia constituye el criterio de verdad, único, de las certidumbres. En estas últimas se pueden distinguir grados: imaginación, creencias, comprensión y ciencia. La regla de juicio, único criterio de verdad es, precisamente la evidencia. Cicerón escribió: perspicuis cedere, rem perspicuam approbare.

 

2.2.Influencias en la TEORÍA DEL CONOCIENTO de ZENÓN: Antístenes.

 

Zenón de Kitio fue discípulo de Antístenes el Cínico, que a su vez, éste último, había sido discípulo de Gorgias. Luego Zenón se hizo seguidor de Sócrates al que admiraba mucho porque actuaba, según sus propias convicciones, hasta llegar a costarle la vida.

Antístenes se hizo de la independencia y la autosuficiencia un ideal y un fin en sí mismos. Para él la virtud era vivir con independencia respecto a todos los bienes del mundo y de los placeres terrenales. La insistencia de Sócrates en el conocimiento ético le llevó la llevó hasta la muerte, el último extremo, llegando a despreciar el estudio científico y de las artes. La virtud, decía Sócrates, es suficiente para alcanzar la felicidad: carecer de necesidades, controlar los deseos y mantener la total independencia.

 

Con todo, Antístenes rechazó con fuerza la Teoría de las Ideas y sostuvo que lo único que hay en la naturaleza son los individuos. A cada cosa solo se le puede aplicar su propio nombre[vi]. Se puede decir 'el hombre es hombre' o 'lo bueno es bueno' pero no que el 'hombre es bueno'. Ningún predicado debería atribuírsele a un sujeto, sino únicamente el sujeto mismo. También sostuvo que de un individuo solo se puede predicar su propia naturaleza individual: no se le puede atribuir el ser miembro de una especie; y esta es la razón por la que niega la Teoría de las Ideas de Platón. Además Antístenes defendió, en su Teoría Lógica, la posibilidad de contradecirse a sí mismo porque si un hombre dice cosas diferentes es que está hablando de objetos diferentes (COPLESTON; 2011: págs. 106-107).

 

El nominalismo, pues, niega la existencia de los universales en la realidad o en la mente y los considera como meros nombres o términos. Aparece en la filosofía escolástica medieval. Y fue defendida por numerosos filósofos al afirmar que no existen los conceptos generales o universales como realidades o fuera de la mente, anteriores e independientes del conocimiento, ni en las cosas ni fuera de ellas. Los universales son meros nombres con los que designamos las propiedades que puedan predicarse de varios individuos.

 

Esta teoría se remonta a filósofos como Gorgias y Antístenes. Luego fue defendida por los estoicos. Poner en duda la posibilidad misma de conceptos universales se fundamenta en la idea de considerar realidades solo a las realidades concretas. En consecuencia, los estoicos fueron EMPIRISTAS Y 'SENSISTAS' porque reducen el conocimiento a la sensación siendo innecesario buscar otros fundamentos para explicar el acto de conocer.

 

Esta idea fue defendida también por los SOFISTAS, quienes también mantuvieron un racionalismo que difícilmente se acopla a una concepción empirista y nominalista. Y aunque defendían que la RAZÓN (< gr. λóγος, νοῦς, 'mente o pensamiento') es el resultado de un desarrollo, que va incrementándose durante los primeros 14 años de la vida de un ser humano, al mismo tiempo defienden también que no solo existen IDEAS GENERALES formadas conscientemente, sino también que además algunas IDEAS GENERALES que anteceden a la experiencia perceptiva, porque el hombre posee una predisposición natural para construirlas y a estas podríamos llamar 'ideas innatas'.

 

Según los estoicos, solo por medio de la RAZÓN es posible conocer la naturaleza, el sistema de realidad, la FÍSICA, en que aparecen inmersos los seres humanos y a esto se le llama RACIONALISMO o INTELECTUALISMO. Al mismo tiempo aseguran que la LÓGICA es la que nos permite entender los normas éticas.

 

Epicteto nos hace ver que juicio de valor, emoción e impulso son tres piezas indisolubles de lo que el estoicismo, en su epistemología, llama la percepción comprensiva o representación (φαντασία καταληπτική), el criterio de verdad de la Lógica de su sistema, es decir, la percepción misma porque ésta IMPELE (OBLIGA / FUERZA) al asentimiento del ánimo.

 

 

Los estoicos especularon con ahínco sobre el asunto del CRITERIO DE VERDAD  (Katalepsis: κατάληψις, 'comprensión') o PERCEPCIÓN COMPRENSIVA o REPRESENTACIÓN [vii], de manera que el criterio de verdad radica en la percepción misma, que es la que inexorablemente conduce al ASENTIMIENTO DEL ÁNIMO: solo cuando la percepción es clara y evidente. Pero esta especulación filosófica no se ajusta nada bien con su opinión de que únicamente la CIENCIA es la que nos da un conocimiento cierto de la realidad.

 

Surge un serio obstáculo cuando el alma o el espíritu puede rechazar su asentimiento a lo que, objetivamente, pudiera parecer una percepción verdadera. Y los estoicos ejemplifican con el siguiente caso: Cuando Admeto se le aparece su difunta esposa Alcestes, el primero vive una percepción clara y evidente; sin embargo, no da crédito a tal percepción, pues también es evidente su objeción al tener la convicción de que los muertos no resucitan, aunque los seres humanos puedan experimentar engañosas apariencias de difuntos.

 

El médico y filósofo griego Sexto Empírico (ca. 160 - ca. 210 d. C.), uno de los máximos representantes del escepticismo pirrónico, corriente filosófica basada en la duda constante sobre el conocimiento,  al hablarnos de los últimos estoicos, dice que ante lo anterior añadieron la 'coletilla' siguiente para salvar aquel obstáculo u objeción: el conocimiento objetivo de la realidad se obtiene por la percepción comprensiva siempre y cuando no esté contaminada de obstáculos subjetivos como el de Admeto.

 

Objetivamente, la percepción de la difunta vale como criterio de verdad dado que es una percepción comprensiva, una representación; en cambio, subjetivamente, el viudo experimenta un obstáculo subjetivo fundado en la convicción de que los muertos no resucitan. Y ante esta argumentación solo queda la duda sobre cuando asegurar o no si los obstáculos u objeciones son verdaderos o ilusorios. (COPLESTON; 2011: págs. 332-333).

 

2.3. La COSMOLOGÍA DE LA ESTOA

Los estoicos, en esta, siguen la doctrina de Heráclito de que el Logos y el Fuego son las sustancias del mundo; también recogen otros aspectos de Platón y de Aristóteles, como por ejemplo, los λόγоι σπερματικоί, de Platón, que nos aportan connotaciones de la Teoría de las Ideas o de las formas (εἶδος) o división entre el Mundo de las cosas sensibles -de las cosas sensibles- y el otro que no se puede percibir por los sentidos, el Mundo inteligible, donde habitan las ideas o las formas[viii] (COPLESTON, 2011: 333 y ss.).

 

Los estoico ven en la realidad dos principios:

 

a) EL PRINCIPIO ACTIVO o logos universal (gr. τό πоιоων), que no es espiritual sino material, y

b) EL PRINCIPIO PASIVO o materia (gr. τо πάоχоν), que también es material.

 

Sin embargo, esta concepción no es un DUALISMO tal y como lo concibió Platón (mundo inteligible o inmutable de las Ideas, frente al mundo sensible o corruptible, sometido al cambio constante y al devenir). En rigor, no es un dualismo el de los estoicos, porque ambos principios son materiales y los dos constituyen un TODO.

 

El logos universal no es inmaterial; tiene naturaleza corpórea. Solo lo real puede actuar o sufrir una acción; y como solo un cuerpo puede actual o padecer una acción, asimismo todo lo real es corpóreo (MATERIALISMO): la materia carece de cualidades y es pasiva; su equivalente podría ser la materia prima de Aristóteles.

 

Con respecto al principio activo es, a la vez, causa eficiente y también causa formal de todo lo que acontece; contiene en sí el germen o las semillas que generan y, por las que se desarrollan las cosas. En esto, los estoicos desechan la causa final aristotélica.

 

En consecuencia, podemos afirmar que la doctrina cosmológica del estoicismo es, pues un MONISMO MATERIALISTA, aunque no todos los estoicos lo mantuvieron con coherencia a lo largo del tiempo. No sabemos con seguridad la posición que defendió Zenón, aunque Cleantes y Crisipo consideran los dos principios como un TODO.

 

Al principio activo o razón universal, fuego activo y artífice que genera y rige todo penetrándolo, le llaman "Dios". El Universo es, en consecuencia, un Todo animado y divino (PANTEÍSMO). Nada escapa a la ley inmanente que dirige el Todo y los sucesos vienen determinados por una cadena causal inexorable. Este determinismo que rige el cosmos se le llama también Destino o Providencia.

 

En la Stoa, Destino o Providencia es un orden necesario y totalmente racional que nada tiene que ver con el Hado ciego de la mitología griega. Los Hados mitológicos eran fuerzas o divinidades que regían o determinaban el destino de los hombres y de los dioses, un poder sobrenatural inevitable llamado Destino (< gr. Ἀνάγκη 'Ananké') y también Fatum o Sino.

 

Copleston (ibídem, 2011, pág. 333, n. 8), citando a Pope, Essay on Man. I, 267, nos da  los siguientes versos, asegurando que Cleantes y Crisipo consideraron los dos principios, es decir, el logos universal y la materia, como las dos caras de una misma y sola moneda:

 

            All are but parts of one stupendous whole / whose body Nature is and God the soul. [No hay sino partes de un maravilloso Todo / cuyo cuerpo es la Naturaleza y cuya alma es Dios.]

 

La Materia es el principio pasivo sin cualidad alguna, y el principio activo es la Razón inmanente o "Dios". La belleza natural observable en la Naturaleza nos hace pensar en un principio pensante del Universo de Dios: Dios que, en su Providencia -finalidad-, ha dispuesto todos los seres percibidos para el bien de los seres humanos. Porque, de entre todos los fenómenos de la Naturaleza, el ser más excelente y perfecto, jerárquicamente, es el hombre. De este hecho irrefutable, se debe deducir que el Todo no puede ser menos perfecto y elevado que una de sus partes; de ahí, los estoicos defenderán que Dios es la Conciencia del mundo, asegurando, al mismo tiempo, que ese Dios es tan material como el sustrato sobre el que actúa[ix].

 

Del mismo modo que Heráclito, los de la Stoa, hacen del fuego el principio primordial de todas las cosas. "Todo fluye : τὰ πάντα ῥεῖ"; "Πάντα ῥεῖ καὶ οὐδὲν μένει = Todo fluye, nada permanece", asegura Platón que dijo Heráclito. O "Todas las cosas están en movimiento, nada es fijo" como afirma Aristóteles de la doctrina de Heráclito. Aunque de todo esto no se puede deducir que Heráclito pretendiera enseñar que el constante cambio es la nada, porque entraría en contradicción con el resto de su filosofía. Heráclito insiste en su 'Palabra o Logos'. Su concepción nos hace entender que en la unidad está la diversidad, y en la diversidad, la unidad.

 

Si Anaximandro considera la guerra de los opuestos como algo desordenado, algo que mancilla la pureza del Uno, para Heráclito, en cambio, la lucha de los contrarios entre sí, lejos de dañar la unidad del Uno, afirme que el Uno solo puede existir en la tensión de los contrarios y esa tensión se hace esencial para la unidad del Uno.

 

"Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y lucha es la justicia, y que todo se engendra y muere mediante lucha[x]."

 

Para Heráclito, pues, la realidad es una; pero, a la vez, es múltiple y esto en su doctrina es esencial y no accidental. Para que exista el Uno, es esencial que sea al mismo tiempo uno y múltiple, identidad en la diferencia. Su filosofía responde a la idea de un Universo concreto, del Uno existente en lo múltiple: Identidad en la diferencia.

 

Frente a él, la doctrina de Parménides:  este defendió el Ser, el Uno, como el Es, frente al devenir y al cambio, que son pura ilusión de los sentidos. Si algo empieza a ser, o procede del Ser, o procede del No-Ser; si procede del Ser, entonces ya es; y si viene del No-Ser, no es nada porque de la nada no pude salir nada. De ahí que Parménides sostenga que el devenir es pura ilusión. El Ser es simplemente y es Uno, porque la pluralidad es también ilusoria.

           

El Uno en la múltiple de Heráclito le llevó a defender que la esencia (ἀρχή, 'fuente', 'principio' u 'origen') de todas las cosas es el fuego, concepción esta tomada por los estoicos. La experiencia sensible nos enseña que el fuego vive alimentándose de una materia heterogénea, que  a la vez va consumiendo y transformando en sí. El fuego brota de multitud de objetos; sin ese alimento de materias el fuego muere, deja de arder. La existencia misma del fuego depende de esa 'lucha', de esa 'tensión'. El fuego, por tanto, en Heráclito, es el símbolo de su filosofía: "El fuego es falta y exceso", esto es, el fuego es todas las cosas que existen. Y todo lo que existe está en una constante tensión, en un combate de consunción, de inflamamiento y de extinción: "Todas las cosas se transforman en fuego y el fuego en todas las cosas, lo mismo que se cambia el oro por las mercancías y las mercancías por el oro"[xi].

 

(ARTÍCULO INCONCLUSO)

 

                                                Madrid, 1 de enero de 2017

 

                                                            A.T.T.

 




 
[2]. Assos es una ciudad en la isla jónica de Cefalonia. Diógenes Laercio atribuye a Cleantes más de cincuenta escritos, de los que no han llegado unos 150 fragmentos, entre los que destaca uno de cuarenta versos del Himno a Zeus, una de las más inspiradas expresiones del concepto religioso estoico en honor a la mente divina regidora del cosmos. Cultivó la Teología, la Física y la Lógica, pero sus aportes más importantes a la escuela fueron en el campo religioso. En efecto, mientras que su sucesor Crisipo, insistía en la Lógica y en la Física, Cleantes prefirió la Teología y la moral, haciendo de la filosofía una regla para su vida.
(Fuente: Texto extraído de http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=cleantes-de-assos)
 
[3]. Solos, antigua ciudad de Cilicia, zona costera meridional de la península de Anatolia, también llamada Asia Menor, ocupada actualmente por la parte asiática de Turquía.
 
[iv]. DIÓGENES LAERCIO, (1999), Los Filósofos Estoicos, Introducción, traducción y notas por Antonio López Leire, EXEMPLARIA GRAECA. Colección de textos clásicos griegos, Barcelona, PPU.
 
[v]. Categoría, en Aristóteles, procede del griego κατηγορια, cuyo significado va más allá de 'predicado' , o sea, 'lo que se dice del sujeto en una proposición', manifestando lo que hace el sujeto o de la realidad que designa. Son diez: sustancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, acción y pasión. Únicamente expresan una idea; nunca afirman ni niegan nada, pero cuando se relacionan aportan Juicios que afirman o niegan. Así 'hombre', 'medita' y 'ahora', si se combinan o relacionan se transforman en una afirmación: 'El hombre medita ahora'.
            Andrónica de Rodas en el s. I a. C. denominó El Libro de las Categorías 'Organon' (<όργανον) que en griego antiguo significa 'instrumento'. Esta obra fue escrita por Aristóteles h. 347 a. C., posiblemente en la última etapa de permanencia en la Academia de Platón. Las categorias eran textos de apoyo para sus clases que iba retocando y reescribiendo sin llegar a dar una versión definitiva.
            (Bosch Sánchez, José Miguel, Introducción al tratado "Categorías" de Aristóteles; en filosofiaunderground.blogspot.com/2012/09/categorias-de-aristoteles.html. Consulta el 15 de noviembre de 2016, 17:51 horas).
 
[vi]. EL NOMINALISMO es la doctrina filosófica que niega la existencia de los Universales o de las entidades abstractas, tanto de manera inmanente (en las cosas concretas) como trascendente (fuera de los particulares). Se opone, por tanto, al UNIVERSALISMO: ciencia en la existencia de una verdad universal, objetiva y eterna que lo domina todo.
 
[vii]. Katalepsis significa acción de coger, capturar, sorprender, además de percepción y comprensión, pero también implica no solo la captación directa de la realidad, sino la conciencia de esa captación. Un representación es una huella en el alma o una alteración del alma, una imagen mental producida por un objeto exterior. Sin embargo, no toda representación es válida porque nuestro sentidos nos pueden engañar; únicamente la representación catalepsis o comprensión implica la certidumbre de que la representación se ajusta al objeto real.
 
 
[viii]. Platón, diferencia, pues dos modos distintos de realidad: la inteligible, con la Idea como fundamento: inmaterial, eterna, ingenerada e indestructible, ajena al cambio, que conforma el modelo o arquetipo de otra realidad, la sensible, susceptible de cambio: las cosas materiales y corruptibles, que nos aparecen sometidas a generación y destrucción. Las cosas de este mundo sensible, en continuo devenir, y por tanto, no verdaderas, . son copias de la realidad inteligible. Solo la Idea aporta el verdadero conocimiento o episteme (< gr. ἐπιστήμη epistḗmē); las cosas, en cambio solo dan opinión o conocimiento sensible (< gr. δόξα).
Aristóteles, en su Metafísica, asegura que Platón separó el Mundo inteligible -kósmos noetós- del Mundo sensible -kósmos haratós- (DUALISMO INTELIGIBLE/SENSIBLE).
 
[ix].Escribe Seneca (ESTOICO), en su Naturalium quaestionem, II, 45:
"¿Quieres llamarle Destino (fatum) No te equivocas; de él dependen todos los acontecimientos; en él están las causas de las causas. ¿Quieres llamarle Providencia (providemtiam)? Bien le llamas: su providencia vela por las necesidades del mundo, para que nada altere su marcha, y realice su ordenado fin. ¿Prefieres llamarle Naturaleza? No errarás: de él ha nacido todo; de su aliento divino. ¿Quieres llamarle Mundo? No te engañas: él es todo lo que ves, está todo entero en cada una de sus partes y se sostiene por su propio ser. De la misma manera que nosotros pensaron los etruscos, y si dicen que el rayo procede de Júpiter, es porque nada se hace sin él".
 
[x]. Heráclito, Frag. 80, cit. por Copleston, ibídem, pág. 39, n. 13.
 
[xi]. Heráclito, Frag. 80, cit. por Copleston, ibídem, pág. 90, n. 20.
 
 
BIBLIOGRAFÍA
COPLESTON, Frederick, (2011) Historia de la Filosofía, vol I: De la Grecia Antigua al Mundo Cristiano [Título original: A HISTORY OF PHILOSOPHY, Tomo I: Greece and Rome; Burns and Oates Ltd.- The Bellarmine Series IX] Traducción de Juan Manuel García de la Mora; Edición castellana dirigida por Manuel Sacristán, Barcelona, Ariel Filosofía [de Planeta], 2ª. reimpresión: septiembre de 2011.
(Esta es un gran Historia de la Filosofía:
Tomo II. Primera parte,
- Sobre la Filosofía Presocrática, págs. 24 y ss.
- Sobre los Sofistas, PÁGS.75 y ss.
- Sobre SÓCRATES, págs. 87 y ss.
- Sobre PLATÓN, págs. 117 y ss.
- Sobre ARISTÓTELES, págs. 233 y ss.
- Sobre La Filosofía judeohelenística, págs. 390 y ss.
Tomo II. Primera parte.
- Sobre Cristianismo y filisofía griega, págs. 13 y ss.
Tomo II. Cuarta parte.
-Sobre Filosofía islámica y judía: traducciones, págs. 157 y ss.
        
- Sobre EL ESTOICISMO
ELORDUY, Eleuterio, S.J.,  (1972), El estoicismo, vols. I y II, con la colaboración de J. Pérez Alonso, Madrid, Editorial Gredos, 1972.
HADOT, P. (1998), ¿Qué es la filosofía antigua? Traducción de Eliane Cazenave Tapie Isoard, México: FCE. págs. 117-118.
BUSTOS, Natacha, "El estoicismo como escuela: problemáticas vinculadas a su sistematicidad" en Anais de Filosofía Clásica, vol 7 nº. 13, 2013, págs. 23 y ss.
- Sobre LA MUTAZILA
MARÍN GUZMÁN, Roberto, (2003) "La Mutazila, escuela librepensadora del Islam. Historia de una controversia tológica y triunfo del ash’arismo. Siglos IX y X" en Estudios de Asia y África XXXVIII: 1,Universidad de Costa Rica, págs. 1-58.
 
YASSINE BENDRISS, Ernest, (2013), Breve historia del Islam, Ediciones Nowtilus,
Madrid.
 
- Sobre FILOSOFÍA ANTIGUA GRIEGA
 
DIÓGENES LAERCIO, (1999), Los Filósofos Estoicos, Introducción, traducción y notas por Antonio López Leire, EXEMPLARIA GRAECA. Colección de textos clásicos griegos, Barcelona, PPU.
REALE, Giovanni y ANTISERI, Dario, (2010), Historia de la filosofía I. De la Antigüedad a la Edad Media, vol. 1, Filosofía antigua-pagana, Barcelona, Herder Editorial, [Título original: Storia della filosofía, I. Dall´Antichitá al Medievo. 1. Filosofia antico-pagana, Traducción: Juan Andrés Iglesias, María Pons Irazazábal y Antoni Martínez Riu, Editrice La Scuola, Brescia].
 TEJEDOR CAMPOMANES, César, (1997), Historia de la Filosofía, Ediciones SM, Madrid.
 







BIBLIOGRAFÍA

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(Esta es un gran Historia de la Filosofía:

Tomo II. Primera parte,

- Sobre la Filosofía Presocrática, págs. 24 y ss.

- Sobre los Sofistas, PÁGS.75 y ss.

- Sobre SÓCRATES, págs. 87 y ss.

- Sobre PLATÓN, págs. 117 y ss.

- Sobre ARISTÓTELES, págs. 233 y ss.

- Sobre La Filosofía judeohelenística, págs. 390 y ss.

Tomo II. Primera parte.

- Sobre Cristianismo y filisofía griega, págs. 13 y ss.

Tomo II. Cuarta parte.

-Sobre Filosofía islámica y judía: traducciones, págs. 157 y ss.

        

- Sobre EL ESTOICISMO

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- Sobre LA MUTAZILA

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- Sobre FILOSOFÍA ANTIGUA GRIEGA

 

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 TEJEDOR CAMPOMANES, César, (1997), Historia de la Filosofía, Ediciones SM, Madrid.