El sueño de la razón produce monstruos

lunes, 24 de septiembre de 2012

Goya, Hospital de apestados



Hospital de apestados, h. 1808-12 / Madrid, Marqués de la Romana  
                 

      Goya, en los Desastres,  abandona cualquier tipo de sublimación para ofrecernos la negatividad sin contrapartida alguna. Una negatividad en los Desastres que es absoluta y nuestra. Los autores de tanta violencia no son fuerzas cósmicas desatadas, ni fuerzas políticas de carácter universal, son hombres concretos, en los que todos podemos reconocernos.  
     Un mundo dislocado es el que representa también en algunos de los cuadros de la serie de los marqueses de la Romana, aunque la mayor parte de ellos no tenga que ver directamente con la Guerra de la Independencia. Son ocho óleos de pequeño tamaño con escenas de violencia -Bandido asesinando a una mujer, Fusilamiento en un campo militar, Bandido desnudando a una mujer... (todos h. 1808-12, Madrid, Marqués de la Romana) -y un dramático Hospital de apestados que intensifica los efectos alcanzados antes con sus escenas de locura. 
                                      A.T.T.



           

domingo, 2 de septiembre de 2012

Dilogía


"Uso de una palabra con dos significados distintos dentro del mismo enunciado.

Del latín dilogĭa, y este del griego διλογία.

La dilogía (figura de repetición basada en la ambigüedad o doble sentido por el uso de términos homónimos o polisémicos, y consistente en el uso de la misma palabra o expresión con un doble sentido dentro de un mismo enunciado), tal y como nos comenta nuestro custodio Ylagares, es una figura de uso muy extendido, sin lugar a dudas plenamente vigente en el marco de la prensa actual...

...De hecho, para contextualizar su uso, el propio Ylagares nos remite a un artículo de Laura Campany publicado en ABC, con el título de: Las Caras, del que extraemos el último párrafo:

…La calle, con sus ruidos, estrecheces y sumas. Decía Quevedo que a Don Dinero «gatos le guardan de gatos». Y que no hay, sin escudos, escudos. Yo he visto con mis ojos, la otra noche, que caras se pagan con caras.

Siguiendo con las pistas y ejemplos que nos brinda nuestro custodio, nos vamos a El Buscón (novela paradigma de tacaños y vagabundos) del maestro Francisco de Quevedo (1580-1645) -noble, político y escritor español del Siglo de Oro-:

…Preso, aunque según a mi me han dicho después, salió de la cárcel con tanta honra que le acompañaron doscientos cardenales, sino que a ninguno llamaban señoría…
El autor astutamente utiliza la palabra "cardenal" con dos significados: cargo eclesiástico y moretón.

Por último os mostramos un fragmento de La señorita de Trevélez, obra de teatro en tres actos de Carlos Arniches (1866-1943)

-¡Maestro!...¡Ah hijo mío, en amor, como las que enseñan son las mujeres, cuanto más te enseñan, más suspenso te dejan!…

Ylagares acertadamente nos señala que: -en este ejemplo habría en la voz "enseñar” un ejemplo de antanaclasis o diáfora, mientras que con la voz "suspender" sería una dilogía. (Esto para los retóricos "puntillosos")-

Lo importante está en cómo el lenguaje con sus palabras tiene una función de juego y doble sentido muchas veces. "

                         (De PALABRAS INTERESANTES, HERMOSAS, RARAS Y DIVERTIDAS)