El Liber Peregrinationis o Guía del Peregrino Medieval (CODEX CALIXTINUS)
La organización del culto, de la peregrinación y del Camino de Santiago, como instrumentos de la integración progresiva de la Cristiandad latina, aparecen en la Guía del Peregrino o libro IV del Codex; ese libro será el resultado del extendido y enraizado fenómeno de las peregrinaciones jacobeas, porque se trata de un auténtico manual informativo, que aparece en el siglo XII en el “Codex Calixtinus”, atribuido a Guido de Borgoña, Abad de Cluny, que fue elegido Papa, el 1 de febrero de 1119, por los cardenales reunidos en el mismo Cluny, con el nombre de Calixto II. No realiza su entrada en Roma hasta el año siguiente. Era hermano del Conde Galicia, Raimundo de Borgoña, que había casado con Doña Urraca, hija de Alfonso VI, de la que tuvo un hijo, Alfonso Raimúndez, futuro Alfonso VII “el Emperador ”.
Alfonso VI se embarcó en una política de europeización cultural de sus reinos, basándose en sus relaciones centroeuropeas por su mismo matrimonio, y luego por el de su hija. Para ello se va a apoyar en los Cluniacenses. El monarca leonés va a apoyar intensamente el Camino de Santiago, como instrumento para ejecutar esa política. La llegada de un cluniacense al papado va a ser fundamental para su empresa. En ese contexto de ayuda y protección de Calixto II a Compostela hay que entender la atribución del “Liber” a ese Papa. Aymeric Picaud fue nombrado su canciller y que el famoso arzobispo Gelmírez, había sido Canciller del Conde Raimundo de Borgoña, antes de su elevación a la mitra compostelana.
Consta de once capítulos: I. Los itinerarios hacia Santiago; II. Las jornadas del Camino del Apóstol; III. Los nombres de las villas del Camino; IV. Las tres casas asistenciales del mundo; V. Los nombres de quienes repararon el Camino de Santiago; VI. Aguas saladas y dulces en el Camino; VII. Descripción de las tierras y gentes del Camino; VIII. Visitas a los sepulcros de los santos en el Camino. La pasión de San Eutropio, y XI. De la acogida que hay que brindar a los peregrinos de Santiago.
A partir de J. Berdier, se conoce la obra transmitida en el CODEX CALIXTINUS, como LIBER SANCTI IACOBI. Se trata de un conjunto de materiales que fueron redactándose en diversas épocas y en forma independiente, hasta que fueron sometidos a una redacción o revisión final. Consta de cinco secciones o libros: I.- Conjunto de sermones, textos litúrgicos y formularios para la liturgia de Santiago. II.- Colección de 22 milagros debidos a la intercesión de Santiago y realizados en diversas regiones de Europa. III.- Relata la traslación del cuerpo de Santiago a Compostela. IV.- Conocido como el “Pseudo-Turpín”, por atribuirse al Arzobispo de Reims, Turpín . V.- LIBER PEREGRINATIONIS.
La autoría de esta obra parece múltiple, pero tuvo que existir un compilador que organizó todos los materiales preexistentes en un conjunto; pudo ser un monje cluniacense, un clérigo secular o incluso un “goliardo”; además hubo un último revisor o editor, responsable de la forma que la colección tiene en la actualidad. Se apunta al francés Aymeric Picaud, bajo cuyo nombre, asociado al del Papa Calixto II, viene circulando el LIBER SANCTI IACOBI.
El “LIBER PEREGRINATIONIS”, o libro V del LIBER SANCTI IACOBI, es decir, la GUÍA, empieza con una Carta de presentación de la obra que ha sido atribuida al Papa Calixto; sin embargo, es apócrifa.
Aymeric Picaud nació probablemente en Parthenay, en la región del Poitou, y es, o fue, capellán de Vézelay, la ciudad de la que parte una de las rutas del Camino de Santiago y que conserva en su basílica los restos de Santa María Magdalena.
Aymeric escribió un manual del viajero que puede considerarse como la primer guía turística; por aquel entonces, siglo XII, iban a visitar la tumba del Apóstol unos quinientos mil peregrinos al año, y esto le animó a escribir, “no por lucrarme, precisó bajando los ojos, sino para ayudar a los caminantes”, aquel manuscrito.
Fue el Papa Calixto II quien le mandó componer este libro y recopilar los otros textos que forman parte de él. Explica que “Su Santidad escribió el Prefacio, que es muy hermoso porque narra cómo él, que tuvo que emprender un largo viaje, fue despojado de sus bienes por salteadores pero pudo conservar el códice; encerrado en prisión, lo perdió todo, menos el códice; náufrago varias veces y a punto de muerte, al salir a tierra firme, con él se salvó el códice”.
Luego cuenta “un milagro de Saint Jacques” y dice que el Papa Inocencia II le había mandado llevar a Compostela el precioso códice para depositarlo en la catedral. En aquella ocasión Aymeric hizo el viaje en compañía de una piadosa mujer, Gilberta Flandrense, quien le ayudó a soportar las penalidades que sufrió antes de llegar al Sepulcro del Apóstol.
El Códice calixtino estaba, hasta su muy reciente desaparición, en el archivo de la catedral de Santiago, conocido también por LIBER SANCTI IACOBI, un bello manuscrito del siglo XII que tiene 225 folios. Un monje del Monasterio de Ripio, Arnaldo del Monte, hizo en 1173 una copia incompleta que se conserva en el Archivo del Corona de Aragón, en Barcelona. (Bravo Lozano, 1989: pp. 89 y ss.; Carandell, Luis,1992: pp. 39 y ss.).
Alfonso VI se embarcó en una política de europeización cultural de sus reinos, basándose en sus relaciones centroeuropeas por su mismo matrimonio, y luego por el de su hija. Para ello se va a apoyar en los Cluniacenses. El monarca leonés va a apoyar intensamente el Camino de Santiago, como instrumento para ejecutar esa política. La llegada de un cluniacense al papado va a ser fundamental para su empresa. En ese contexto de ayuda y protección de Calixto II a Compostela hay que entender la atribución del “Liber” a ese Papa. Aymeric Picaud fue nombrado su canciller y que el famoso arzobispo Gelmírez, había sido Canciller del Conde Raimundo de Borgoña, antes de su elevación a la mitra compostelana.
Consta de once capítulos: I. Los itinerarios hacia Santiago; II. Las jornadas del Camino del Apóstol; III. Los nombres de las villas del Camino; IV. Las tres casas asistenciales del mundo; V. Los nombres de quienes repararon el Camino de Santiago; VI. Aguas saladas y dulces en el Camino; VII. Descripción de las tierras y gentes del Camino; VIII. Visitas a los sepulcros de los santos en el Camino. La pasión de San Eutropio, y XI. De la acogida que hay que brindar a los peregrinos de Santiago.
A partir de J. Berdier, se conoce la obra transmitida en el CODEX CALIXTINUS, como LIBER SANCTI IACOBI. Se trata de un conjunto de materiales que fueron redactándose en diversas épocas y en forma independiente, hasta que fueron sometidos a una redacción o revisión final. Consta de cinco secciones o libros: I.- Conjunto de sermones, textos litúrgicos y formularios para la liturgia de Santiago. II.- Colección de 22 milagros debidos a la intercesión de Santiago y realizados en diversas regiones de Europa. III.- Relata la traslación del cuerpo de Santiago a Compostela. IV.- Conocido como el “Pseudo-Turpín”, por atribuirse al Arzobispo de Reims, Turpín . V.- LIBER PEREGRINATIONIS.
La autoría de esta obra parece múltiple, pero tuvo que existir un compilador que organizó todos los materiales preexistentes en un conjunto; pudo ser un monje cluniacense, un clérigo secular o incluso un “goliardo”; además hubo un último revisor o editor, responsable de la forma que la colección tiene en la actualidad. Se apunta al francés Aymeric Picaud, bajo cuyo nombre, asociado al del Papa Calixto II, viene circulando el LIBER SANCTI IACOBI.
El “LIBER PEREGRINATIONIS”, o libro V del LIBER SANCTI IACOBI, es decir, la GUÍA, empieza con una Carta de presentación de la obra que ha sido atribuida al Papa Calixto; sin embargo, es apócrifa.
Aymeric Picaud nació probablemente en Parthenay, en la región del Poitou, y es, o fue, capellán de Vézelay, la ciudad de la que parte una de las rutas del Camino de Santiago y que conserva en su basílica los restos de Santa María Magdalena.
Aymeric escribió un manual del viajero que puede considerarse como la primer guía turística; por aquel entonces, siglo XII, iban a visitar la tumba del Apóstol unos quinientos mil peregrinos al año, y esto le animó a escribir, “no por lucrarme, precisó bajando los ojos, sino para ayudar a los caminantes”, aquel manuscrito.
Fue el Papa Calixto II quien le mandó componer este libro y recopilar los otros textos que forman parte de él. Explica que “Su Santidad escribió el Prefacio, que es muy hermoso porque narra cómo él, que tuvo que emprender un largo viaje, fue despojado de sus bienes por salteadores pero pudo conservar el códice; encerrado en prisión, lo perdió todo, menos el códice; náufrago varias veces y a punto de muerte, al salir a tierra firme, con él se salvó el códice”.
Luego cuenta “un milagro de Saint Jacques” y dice que el Papa Inocencia II le había mandado llevar a Compostela el precioso códice para depositarlo en la catedral. En aquella ocasión Aymeric hizo el viaje en compañía de una piadosa mujer, Gilberta Flandrense, quien le ayudó a soportar las penalidades que sufrió antes de llegar al Sepulcro del Apóstol.
El Códice calixtino estaba, hasta su muy reciente desaparición, en el archivo de la catedral de Santiago, conocido también por LIBER SANCTI IACOBI, un bello manuscrito del siglo XII que tiene 225 folios. Un monje del Monasterio de Ripio, Arnaldo del Monte, hizo en 1173 una copia incompleta que se conserva en el Archivo del Corona de Aragón, en Barcelona. (Bravo Lozano, 1989: pp. 89 y ss.; Carandell, Luis,1992: pp. 39 y ss.).
BIBLIOGRAFÍA
BORGES, Jorge Luis: Historia de la eternidad, pp.385 y ss. Círculo de Lectores. I Obras Completas. Barcelona, 1992.
BRAVO LOZANO, Millán: Guía del peregrino Medieval. (“Codex Calixtinus”). Centro de Estudios del Camino de Santiago. Sahún, 1989.
CARANDELL, Luis: “Viaje con un Peregrino” en El camino de Santiago, la hospitalidad monástica y las peregrinaciones. Coordinador Horacio Santiago-Otero. Junta de Castilla y León. Consejería y Turismo, Salamanca, 1992.
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