El encuentro de Zenón con la filosofía: Antístenes
Se cuenta que Zenón llegó a Atenas como mercader; naufragó en un
viaje de Fenicia al Pireo; llega a Atenas y topa con la filosofía leyendo un
libro de Jenofonte sobre Sócrates. El relato continúa diciendo que quedó tan entusiasmado
con aquella lectura que preguntó dónde podría encontrar hombres como Sócrates.
Pasaba por allí Crates el Cínico y el librero le dijo: "Sigue a ese
hombre". Crates Tebano, discípulo directo de Diógenes, fue el sucesor de
Antístenes, escolarca de la escuela cínica. La primera gran influencia en Zenón
parece que fue la de un cínico, así se pone de manifiesto en fragmentos que han
quedado de la República de Zenón,
tales como la abolición del acuñamiento de moneda, de los matrimonios, de los
templos y su concepción de que una verdadera república y su sociedad es que la
formen hombres buenos y virtuosos. No se descarta que la República de Zenón fuera un ataque directo contra Platón.
Las
causas de su simpatía hacia Crates son varias pero destaremos aquella por la
cual Crates prefería ser hombre, razonable y sabio, a ser griego, ya que se
consideró un hombre del cosmos, o sea, una porción sabia del mundo. Esta idea
la encontró en Jenofonte, ateniense desilusionado de Grecia, muy alejado del
panhelenismo de Platón y Aristóteles, y panegirista de Ciro y de la educación
Persa. Antístenes es seguro que compartió esa misma desilusión, probablemente
ya alimentada por Sócrates.
Zenón,
profundamente religioso y amante de la verdad, le atrajo el espíritu crítico de
Antístenes. Es más que probable que Zenón conociera las descalificaciones que
padeció la mitología cananea por el monoteísmo de Israel, al tiempo, que no
podía compartir las creencias de los hebreos porque su mentalidad fenicia
rechazaba la moral mosaica, esencialmente normativa. Zenón jamás negó si origen
ketiense ni renegó de su religión y sus mitos, a pesar del descubrimiento de la
filosofía cínica y conocer que Antístenes dejó los mitos sin caer por eso en el
ateísmo; siguiendo al cínico Antístenes, Zenón pudo abandonar las tradiciones
mitológicas fenicias sin romper con la religiosidad que encerraban las mismas.
Antístenes
se alimenta de un monoteísmo racional, tras rechazar la religiosidad
tradicional griega. En un fragmento que se conserva expresa: según las leyes, hay muchos dioses, pero uno
según la naturaleza[1]. La actitud
crítica de los cínicos les llevó a comentar los mitos alegóricamente
El
filósofo chipriota, influido por el racionalismo radical del cínico Antístenes,
combatió las normas que prohibían la homosexualidad y el incesto. Pero esto no
escandalizaba a nadie en Grecia. En cambio, Zenón si condenó el adulterio,
vicio también abominable en Israel. Por todo esto se puede afirmar que la moral
cananea de Zenón, unas veces fue sancionada por la Ley mosaica, y otras,
reprobada por los Profetas Lot, Rubén y Judá.
Zenón
terminó saliéndose de la escuela cínica de Crates, pero más por la
incompatibilidad de caracteres y temperamentales que por sus discrepancias
filosóficas. Diógenes Laercio señala que la falta de vergüenza de los cínicos
chocó con el carácter comedido y discreto de Zenón. Luego pasaría diez años con
Jenócrates, escolarca de la Academia de Platón. Pero insatisfecho de las
escuelas griegas, también de la Academia y del Cinismo, opuesto a las
orientaciones aristotélicas y epicúreas, empezó a enseñar su propia filosofía
en el Pórtico o Estoa poikile de
Atenas.
Desde
la epistemología, Zenón se acerca o se aleja de los filósofos griegos. El
concepto de Dios y la teoría del conocimiento son las dos caras que determinan
una filosofía. La escuela griega que mejor satisfizo la mentalidad fenicia de
Zenón fue la del cínico Antístenes.
Lo
que rechazó Antístenes de todos los
filósofos griegos, fue el concepto de lógos,
uno de los más importantes en la actitud racional ante el mundo; el significado
castellano que más se le ajusta es el de de razón, y también pensamiento,
palabra, discurso, concepto, conocimiento. Zenón ve al lógos como fuego divino creador del mundo y del hombre; y con su
concepción del lógos quiere explicar
o dar razón de Dios, del mundo y del hombre.
Censorino,
gramático romano del siglo III, de gran interés por su origen arameo, que pone
entre sus fuentes a Varrón y Suetonio, citado por Elorduy[2], aproxima a Zenón, en este
punto, al pensamiento hebreo, y escribe en su De die natale:
Zenón Kitiense, fundador de la secta
estoica, creyó que el principio del género humano proviene del mundo nuevo. Los
primeros hombres nacieron del suelo con el adminículo del fuego divino, es decir,
de la Providencia de Dios.
Prometeo,
en la mitología griega, simboliza a la Providencia que será castigada por Zeus
por entregar el fuego divino al homínido, el ser creado por su hermano
Epimeteo. En Zenón, en cambio, considera al lógos
(=Prónoia) el alma del mundo, racionalidad, sabiduría o providencia, capaz de
crear al hombre racional. Con esta interpretación, Zenón sigue a los cananeos,
cuya tradición mitológica es contraria a la mentalidad helena. El lógos de Zenón es un principio inmanente
y dinámico, llamado razón universal o
lógos providente o ley eterna inmutable, que equivale, en
definitiva a Dios, un dios que se manifiesta como conciencia del mundo, como
fuego inmanente creador de todas las especies del universo, como alma
generadora que vivifica y moviliza el mundo y sus partes, como la fuente de
energía creadora que encierra en sí la semilla de todas las cosas.
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