El sueño de la razón produce monstruos

sábado, 6 de junio de 2015

La Tabla de Cebes y Epicteto

La Tabla de Cebes, publicada frecuentemente con el Manual de Epicteto, comparte con él un lugar privilegiado y prevalente en la tradición grecolatina occidental. Ambas se encuentran entre las obras más publicadas y traducidas, especialmente entre los siglos XVI y XVIII, como lectura obligada en las clases de lengua griega (enseñanza moral + brevedad y sencillez).
            Además la Tabla ha sido fuente de inspiración para grabadores y se ha reservado un papel crucial en el nacimiento de la literatura emblemática.

Resultado de imagen de tabla de cebes
Theatro moral de la Vida Humana en cien emblemas con el Enchiridion de Epicteto y la Tabla de Cebes, philósofo platónico.

            Atribuida a Cebes, hasta bien entrado el siglo XVIII, su autoría se empieza a cuestionar: el filósofo Cebes de Tebas aparece en el Fedón y el Critón platónicos, conocido discípulo, primero, del pitagórico Filolao, y luego como perteneciente al círculo socrático. En cambio, la Tabla menciona a los peripatéticos (en XIII 2) y se perciben claramente huellas platónicas, estoicas y algunos rasgos comunes con el pitagorismo.
            Argumentos de carácter lingüístico, usados desde el XIX (Drosihn, 1871; Praechter o Joly), avalan que la Tabla no corresponde a la época del discípulo de Sócrates, Platón, sino que hay que fecharla en el siglo I d. C.

            Problemas de la clasificación literaria
            En una ciudad sin nombre, ante el templo de Crono (gr. antiguo Κρόνος, de la primera generación de los titanes, descendientes divinos de Gea y Urano) , unos extraños, también sin nombre, pasean por entre las ofrendas y ven una tabla pintada cuyo asunto no comprenden. Un anciano, también innominado, se orece para dar una explicación. Se trata de una alegoría pictórica de la vida. Simboliza las relaciones de los seres humanos con los vicios y las virtudes. Entre el anciano y los presentes se desarrolla un diálogo en relación con algunos tópicos morales propios de la literatura filosófica del siglo I d. C.
            En la Tabla se mezclan tres géneros literarios: el diálogo, la écfrasis (gr. ἔκφρασιϛ, 'explicar hasta el final') y la erotapócrisis.
            La écfrasis[i] es "una forma de discurso descriptivo que presenta a la vista de modo vivaz lo que manifiesta". Hay ejemplos en Homero. En la literatura de la época imperial (gusto por la retórica), se refleja en las descripciones de las obras de arte, de las ciudades y de los países que van ofreciendo los geógrafos. Se trata de un uso del discurso con fines pedagógicos, ya practicado por Platón en Leyes 785 b para presentar la ciudad ideal, y también lo hacía Cleantes, según Cicerón (De Finibus 2, 21, 69), en sus clases recurriendo a cuadros imaginarios para sus explicaciones. Écfrasis, pues, es el vocablo griego que en la retórica antigua designaba cualquier tipo de descripción vívida, aquella que tiene la capacidad de poner el objeto descrito delante de los ojos del receptor, es decir, lo que los latinos llamaron evidentia...[1]
            La erotaprókrisis es también un discurso con fines esencialmente didácticos y pedagógicos, en forma de preguntas y respuestas, con el que se escriben las colecciones que se intitulan Problemas o Cuestiones, por ejemplo, los catecismos.
            Hay acuerdo entre los estudiosos en situar la Tabla de Cebes en el s. I d. C.; pero en cuanto a su adscripción a una corriente filosófica, la cuestión es problemática.
            Para Wolf, muestra tendencias estoicas; von Arnim, Praechter y Pesce defienden los planteos socrático-cínicos; Joly, en cambio, dice que es obra de influencia neo-pitagórica y para Fitzgerald y White, es de origen ecléctico, opinión que apoya Schmid-Stählin, en su manual de literatura griega, cuando afirma que se va a tratar de autores de tendencia estoica, dice que la Tabla de Cebes, además, presenta una alegoría de la vida "según el espíritu platónico-pitagórico".
            M.B. Trapp defiende que la Tabla forma parte de la alegoría moral y cuenta entre sus conexiones con la literatura protréptica o exhortativa y con el mito platónico de la alegoría de la Caverna.
            La Tabla no es una obra maestra ni un monumento literario; ni tampoco es original ni lo pretende. Pero posee la gracia humilde de las figurillas de terracota, sencillas, cotidianas y entrañables sin carecer por ello de inquietudes artísticas[2].
Bibliografía
"Tabla de Cebes" en Tabla de Cebes [.... ], Introducción, traducción y notas de Paloma Órtiz García, Madrid, Gredos, 1995.




[1]. Cfr. Albero, ibíd., pág. 2.
[2] . Cfr. Tabla, ibíd., pág. 15.




[i]. La pintura y la literatura tienen una filiación que se remonta a las indagaciones de Platón en torno a lo bello y a la mímesis, filiación cuya divisa es la frase horaciana Ut pictŭra poĕsis  ('La poesía es como la pintura'; Horacio, Epístola a los Pisones, 361, traducción de Helena Valentí, Barcelona, Bosch, 1961, p.54.) y que se instrumenta en la literatura a través de la figura de la retórica de la écfrasis, descripción vívida y detallada de objetos y personas. La écfrasis alcanza su acmé en Metamorfosis de Ovidio, obra que viene inspirando a plásticos, escritores y músicos. Sin embargo, la crítica moderna restringe el uso del vocablo.
          Danilo Albero, en su trabajo, elaborado desde la perspectiva de un narrador, aporta algunas observaciones que ayuden a recuperar el significado amplio del término como instrumento expresivo. (Albero, D., La écfrasis como mímesis, Universidad Nacional de San Martín, USAM, 2007)

No hay comentarios: