(11 de marzo de 2004-11 de marzo de 2010)
Goya
Alegoría de la Villa de Madrid. Óleo sobre lienzo, 2,60*1,95 m.
Colección Museo municipal de Madrid
En el gran cuadro domina la figura en pie que simboliza a Madrid. De tamaño aproximadamente del natural, es una mujer bella de cabello rubio, de una belleza en la que la finura de los miembros y la plenitud corporal no se excluyen; mira de frente y pone su mano derecha sobre una piedra en la que aparece en color el escudo de Madrid, óvalo en cuyo campo puede verse e1 oso empinado hacia el madroño; la bordura es azul con las siete estrellas. Va vestida la mujer con un vestido blanco con talle alto, y porta sobre sus hombros un manto de color rosado casi rojo. La mano izquierda señala con el índice un medallón que sostienen dos figuras aladas. La cabeza de 1a mujer porta una fina corona sobre sus rubios cabellos. Los dos ángeles que sostienen en alto el medallón van desnudos, y el que está de espaldas ciñe su cuerpo desde la cintura con un paño azul; el que está de frente, desnudo también, ayuda a sostener el medallón por su respaldo. Este óvalo marmóreo está bordeado por una moldura dorada y en su interior lleva actualmente, en doradas letras también, la inscripción en tres líneas: «Dos de Mayo». Otros dos ángeles, en vuelo sobre el medallón, a 1a izquierda y uno de ellos, torso desnudo y cubierto desde la cintura con paño azul, también sopla una larga trompeta indicando ser alegoría de la Fama. A los pies de la dama que representa Madrid, un perro blanco sentado que simboliza la Fidelidad; cubre e1 suelo una rica alfombra. El medallón con el escudo de Madrid está apoyado en un almohadón de terciopelo de pálido azul con galones y borlas de oro en las esquinas.
El cuadro fue pintado en 1809; Madrid está ya ocupado por las tropas francesas y Napoleón ha puesto en el trono de España a su hermano José Bonaparte. Se ha constituido un Ayuntamiento de la Villa de Madrid compuesto por afrancesados, entre los que estaba un amigo de Goya, Don Tadeo Bravo del Rivero, maestrante y diputado de la ciudad de Lima, de quien el artista aragonés pinto, en 1806, un retrato de cuerpo entero y en pie con dedicatoria del pintor al modelo, lienzo que esta hoy en el Museo de Brooklyn (EE. UU.), (Gassier, 854). Por iniciativa de Bravo del Rivero, e1 Ayuntamiento de Madrid decidió, el 23 de diciembre de 1809, encargar a Goya un retrato del soberano, es decir, de José I. El rey intruso no era asequible para posar ante el pintor, y el artista, que así lo debió alegar, optó por pintar una composición alegórica de grandes dimensiones y de gran belleza, que para ser remunerado de acuerdo con la grandeza de este cuadro, no ha de ser pagado en menos de 15.000 reales; así parece que fue.
A.T.T.
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