Mucho faz´el
dinero, mucho es de amar:
al torpe le faze
bueno e ome de prestar,
ffaze correr al
coxo, e al mudo fablar,
el que no tiene
manos, dyneros quier´tomar.
Sea un ome nesçio e rudo labrador,
los dyneros le
fazen fidalgo y sabidor,
quanto más algo
tiene, tanto es de más valor;
el que non ha
dineros, non es de sy señor.
Sy tovieres dineros, avrás consolación,
plazer e alegría
e del papa ración,
comprarás
paraiso, ganarás salvaçion:
do son muchos
dineros, es mucha bendiçion.
Yo vy allá en Roma do es la santidat,
que todos al
dinero fazianl´omilitat,
grand onrra le
fazían con grand solenidat:
todos a él se
omillan como a la magestat.
Ffazíe muchos priores, obispos e abbades,
arçobispos,
dotores, patriarcas, potestades,
a muchos
clérigos nesçios dávales denidades,
Ffacie verdat
mentiras e mentiras verdades.
Vy fazer maravillas a do él mucho usaba:
muchos meresçian
muerte, que la vida les daba;
otros eran syn
culpa, que luego les matava:
muchas alma
perdía, muchas almas salvava.
El faze cavallesros de nesçios aldeanos,
condes e ricos
omes de algunos villanos;
con el dinero
andan todos omes loçanos,
quanto son en el
mundo, le besan oy las manos.
Yo vi a muchos monges en sus predicaçiones
denostar al
dinero e a sus tenptaçiones;
en cabo, por
dyneros otorgan los perdones,
asuelven los
ayunos e fazen oraçiones.
Monges, clérigos e frayres, que aman a Dios
servir,
sy varruntan que
el rrico está para morir,
quando oyen sus
dineros, que comyençan rreteñir,
quál dellos lo
levará, comyençan a reñir.
En suma te lo digo, tómalo tu mejor:
el dinero, del
mundo es grand rrebolvedor,
señor faze del
siervo e del siervo señor,
toda cosa del
siglo se faze por su amor.
("Enxienplo
de la propiedat que´l dinero ha", Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, Libro de
Buen Amor; ed. Austral)
VERSIÓN
Hace
mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de
respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace
hablar;
el que no tiene manos, bien lo quiere
tomar.
Aun
al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su
valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.
Si
tuvieres dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha
bendición.
Yo
vi en corte de Roma, do está la Santidad,
que todos al dinero tratan con humildad,
con grandes reverencias, con gran
solemnidad;
todos a él se humillan como a la
Majestad.
Creaba
los priores, los obispos, abades,
arzobispos, doctores, patriarcas,
potestades;
a los clérigos necios dábales dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras
verdades.
Hacía
muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos
sagrados,
el dinero les daba por bien examinados:
a los pobres decían que no eran
ilustrados.
Ganaba
los juicios, daba mala sentencia,
es del mal abogado segura mantenencia,
con tener malos pleitos y hacer mala
avenencia:
al fin, con los dineros se borra
penitencia.
He
visto maravillas donde mucho se usaba:
al condenado a muerte la vida le
otorgaba;
a otros inocentes, muy luego los mataba;
muchas almas perdía, muchas almas
salvaba.
Yo
he visto a muchos monjes en sus predicaciones
denostar al dinero y a las sus
tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los
perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.
Toda
mujer del mundo, aunque dama de alteza,
págase del dinero y de mucha riqueza,
nunca he visto una hermosa que quisiera
pobreza:
donde hay mucho dinero allí está la
nobleza.
El
dinero es alcalde y juez muy alabado,
es muy buen consejero y sutil abogado,
alguacil y merino, enérgico, esforzado;
de todos los oficios es gran apoderado.
En
resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al
señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.
(Arcipreste
de Hita, Libro de Buen Amor, Ed. Castalia, "Odres nuevos", pág. 96 y
ss.)
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