EL ESTRÉS
Es
la respuesta del organismo a un estado de tensión excesiva y permanente que se prolonga
más allá de las propias fuerzas.
Se
manifiesta: en lo físico (lo sitúa al borde del agotamiento, al sobreesfuerzo
constante, tensión emocional constante y/o intelectual, un ritmo de vida
vertiginoso; consecuencia: una hiperactividad incontenible, imparable... Se
produce una reacción de ALARMA: descargas masivas de adrenalina, excitación
cardíaca, molestias gastrointestinales, etc; de ahí se pasa a la fase de
RESISTENCIA, y luego, fase de AGOTAMIENTO), lo psicológico y en la conducta.
SÍNTOMAS
FÍSICOS
Taquicardia,
aumento de la tensión arterial, hipersudoración, temblores, excitación general,
insomnio, sequedad de boca.
SÍNTOMAS
PSÍQUICOS
Inquietud,
desasosiego, miedo difuso, disminución de la vigilancia, desordenación del
pensamiento, disminución rendimiento intelectual, desorientación
espacio-temporal, atención dispersa.
SÍNTOMAS DE
CONDUCTA
Imposibilidad
para relajarse, perplejidad, situaciones de guardia-alerta, tensión muscular
facial y mandibular, caminatas sin rumbo (ir-venir), frecuentes bloqueos, irritabilidad,
excitación, respuestas desproporcionadas a estímulos externos.
Secuelas:
úlcera de estómago, infarto, angina de pecho, disnea respiratoria emocional
(dificultad para respirar, sensación de falta de aire); comunicación y cambio
negativo de la personalidad (para sí mismo y en relación con los demás: crisis
conyugal y distanciamiento de los hijos; intento de suicidio con
tranquilizantes).
Procesamiento
de la información: el cerebro ordena y sistematiza las percepciones, memoria,
pensamientos, juicios, aprendizaje, soluciones de problemas... Su análisis
ayuda a comprender la conducta humana.
El cortex es la corteza cerebral, el sistema
límbico, estructura intermedia del cerebro o cerebro emocional, que es un
conjunto de fibras que enlaza el cerebro intermedio con la corteza cerebral;
ahí actúan los medicamentos; es ahí donde residen las emociones y los
sentimientos; los cambios psicológicos periféricos generan los síntomas físicos
de ANSIEDAD: taquicardia, hipersudoración, temblores, dificultad respiratoria,
náuseas y/o vómitos... La información verbal expresa la vivencia de la ansiedad:
temor a perder el control, temor a la muerte, a la locura, ganas de
huir, de marcharse, sensación de vacío interior, etc.
ANSIEDAD
Positiva:
estado de ánimo presidido por el interés, la curiosidad, el afán de conocer y
ahondar en tantas cosas atractivas y sugerentes como tiene la vida. “Tener
inquietudes” o aspiración de saber, anhelo de conocer>formación intelectual
y cultural seria; da un hombre más sólido, con una categoría superior, frente
al hombre narcotizado, vulgar, sumido en los tópicos y lugares comunes, sin
interés por nada. Se trata de la entronización del aburrimiento, vida
casi vegetativa.
Dos tipos de
aburrimiento: reactivo (se produce como consecuencia de algo: Ej.: me
aburre este libro, esta conversación, ...); existencial (la vida se
vacía de contenido, se hace soporífera, sosa, etc. todo es presente, sin
dimensión futura; se trata de una inundación de hastío, que se parece mucho a
la ansiedad. Ese sentimiento de vacío y neutralidad frente a cuanto rodea al
sujeto se hace soporífero y plomizo y atroz. No hay nada, todo está inmerso en
una especial ausencia, cargante, insoportable, atroz; la vida se hace volátil.
Es la experiencia de los existencialistas. En el aburrimiento el tiempo se va
parando hasta detenerse; se observa matemáticamente el discurrir infinitesimal
de los minutos. Y esto es terrible; es tan doloroso que se parece a la
ansiedad, aunque con matices diferentes; solo cabe dormir, refugiarse en el
sueño.
De la ansiedad
se pasa al aburrimiento y de éste a la melancolía: este paisaje
sentimental es siempre pesar interior, cansancio de la vida, decepción,
excursión hacia atrás y cierre del futuro; el hombre se desmorona por dentro y siente
que no tiene fuerzas para nada. En la melancolía hay un mucho de
aburrimiento y un poco de ansiedad. Se deriva de ambas.
TRAVESÍA DE LA
ANSIEDAD (nos lleva a la nada)
Aburrimiento (cabalga entre la
ansiedad y la melancolía)
Melancolía (nos traslada al pasado y nos cierra el
porvenir)
Desesperación (hay todavía lucha, intento de combatir lo inevitable)
Desesperanza (es más grave; en este
horno se queman las últimas ilusiones, volatilizándose todo lo que de alguna
manera sostiene la vida. Estamos ante las puertas del suicidio.)
Ideas y/o tendencias suicidas
Ansiedad negativa
1º. Que
su duración sea excesiva
2º. Que tenga
una gran intensidad
3º. Que sea paralizante,
con bloqueos intermitentes
Trastorno de
afectividad que requiere un tipo de tratamiento.
Bibliografía:
Bibliografía:
Rojas, Enrique: La ansiedad.
Cómo diagnosticar y superar el estrés, las fobias y las obsesiones. 6ª.
Edición. Madrid. Temas de hoy, 1991.
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