El sueño de la razón produce monstruos

viernes, 28 de noviembre de 2014

Garciaso de la Vega en su época (III)

         Garcilaso de la Vega (Toledo, 1499?- Niza, 1536)

1526. 10 de marzo, boda de Carlos con Isabel de Portugal en Sevilla    
Hacía ya nueve años que Carlos era rey de las Españas y cinco Emperador; las Cortes se mostraban nerviosas por no tener un heredero de la corona. El monarca portugués, Manuel I el Afortunado, viudo de Isabel, hija de los Reyes Católicos, contrajo segundas nupcias con la infanta María, tercera de las hijas de éstos. De este matrimonio nació en Lisboa, el 23 de octubre de 1503, Isabel, segunda de los siete hermanos que María daría a Manuel I; viudo de María, volvería a casarse con Leonor, hermana de Carlos V. Manuel I había intentado casar a Isabel con el Emperador, pero Carlos V pensaba en el compromiso adquirido de desposar a María, hija de su tía Catalina y de Enrique VIII de Inglaterra. Esta capitulación matrimonial se firmó en Brujas el 25 de agosto de 1521, teniendo Carlos 21 años y María cinco; pero los rumores sobre las intenciones que abrigaba Enrique VIII de divorciarse de Catalina de Aragón y de desheredar a su hija impidieron ese matrimonio. Años más tarde, María se convertiría en la nuera de Carlos V, al casar con su hijo Felipe, viudo ya de María de Portugal. Carlos V, libre de su compromiso con María de Inglaterra, se decidió por la candidata portuguesa, gracias a los buenos oficios de su hermana Leonor.    
     El contrato matrimonial entre Carlos V e Isabel de Portugal se cierra el 17 de octubre de 1525 y una vez llegada la dispensa papal de consanguinidad, pues ambos eran nietos de los Reyes Católicos, contraen matrimonio en Sevilla el 10 de marzo. A mediados de abril, finalizado el luto oficial por la muerte de Isabel, hermana de Carlos V y reina de Dinamarca, se celebraron numerosas fiestas, justas y juegos de cañas. Era evidente que Carlos V estaba más que satisfecho con Isabel y en junio los monarcas se trasladaron a Granada y allí permanecen hasta noviembre de 1526; en la Alhambra granadina Carlos e Isabel vivirían los días más felices de su vida.     
     Alrededor de los monarcas se movían eminentes literatos. El Nuncio papal, Baltasar de Castiglione, autor de El Cortesano, el embajador veneciano Navaggiero, excelente prosista y poeta, y el magnífico poeta español Garcilaso de la Vega, que ocupaba el puesto de gentilhombre del Emperador.  
  
1526. 17 de abril, Francisco I es liberado    

1526. 17 de agosto, Carlos reta a Francisco I    

1527. Mayo, saqueo de Roma por el ejército imperial       
Clemente VII organiza la Liga de Cognac (1526) contra Carlos V; con el Tratado de Madrid de 1526 se pone fin a la primera guerra hispano-francesa de Carlos V, pero se dará paso rápidamente a una segunda conflagración en la que Francia se alía con Florencia, Venecia y el Papado contra Carlos Ven la Liga de Cognac o Liga Clementina, llamada así en honor de Clemente VII de la casa de Médicis que la preside. Se había producido la ruptura y pronto llegaría la guerra. El ejército imperial estaba capitaneado por un francés, el condestable de Borbón, enfrentado a Francisco I; se componía de efectivos procedentes de España, Italia, Suiza y de una importante partida de dieciocho mil lansquenetes alemanes, la mayoría de ellos luteranos; eran mercenarios ávidos de pillaje y extorsión; el condestable tampoco disponía de fondos y les retuvo con la promesa del botín de Roma; el día 6 se iniciaba el asalto y el Borbón murió el primer día; los soldados entraron a saco en Roma, saqueando casas e iglesias, profanando las reliquias, violando a las religiosas, humillando a los príncipes de la Iglesia, despojando a la población de todo cuanto tenían y entregándose al tráfico de obras de arte. El ejército imperial sale de Roma el 16 de febrero de 1528 llevándose un enorme botín. El Papa tuvo el tiempo justo de refugiarse en el castillo de Sant´Angelo, donde fue asediado. Mediante el pago de un importante tributo de guerra se le autorizó a salir de la ciudad, quedando ésta en manos del ejército imperial. Desde los tiempos de la invasiones bárbaras, la capital del mundo cristiano nunca había sufrido un ultraje semejante.  

1527. 21 de mayo, nacimiento del futuro Felipe II     
Carlos V y su esposa, la emperatriz Isabel, pasaron su luna de miel en la Alhambra de Granada, donde se estaba construyendo un nuevo Palacio Real de estilo renacentista. Nueve meses después, en la casa palacio de los Pimentel, en Valladolid, nacía el primer hijo varón de los reyes. Era el 21 de mayo de 1527. Con motivo del nacimiento del Príncipe de España (los reyes españoles de la Casa de Austria, de Felipe II a Carlos II, no utilizaron el título tradicional de Príncipes de Asturias, como lo venían haciendo los Trastamara para el heredero del trono) se celebraron torneos y grandes fiestas. Don Felipe fue reconocido como heredero pocos días después en la iglesia de San Jerónimo de Madrid, y jurado como tal en la Asamblea de las Cortes de Castilla, también en San Jerónimo, el 19 de abril de 1528. Todo ello demuestra su españolización, en contraste con el ambiente flamenco y borgoñón de don Carlos. El Rey tuvo que partir de Barcelona el 27 de julio de 1529 y no volvió a España hasta cuatro años después. Quedó doña Isabel de regente durante su ausencia. Isabel, siendo perfecta reina de España, hizo imperar el portuguesismo en la Corte, lo que inclinó al niño hacia lo lusitano para toda la vida. El cardenal Tavera, arzobispo de Toledo, fue durante la ausencia del Emperador uno de los consejeros de la regente, la emperatriz Isabel; Juan Tavera (1472-1545) fue un claro ejemplo de la estrecha colaboración que se daba entre el poder real y el alto clero desde la época de los RR.CC.; en 1542 fue nombrado arzobispo de Toledo y en 1539 inquisidor general.    
     En 1528 había nacido en Madrid la infanta María, que sería la esposa de Maximiliano II y reina de   Alemania. En 1535 nació otra infanta, Juana, y entre las dos infantas nacieron otros dos hijos que murieron epilépticos siendo niños. Doña Isabel, bellísima, era más bien enfermiza y débil. Don Carlos, con taras hereditarias neuróticas, también padeció la epilepsia hasta los 20 años. Primos hermanos, lamentable endogamia, síndrome de degeneración.      
1527. 27 de junio, Conferencia de Valladolid      
Se sometió el pensamiento de Erasmo a un debate porque sus discípulos españoles se vuelven hacia él en busca de un guía que oriente a la cristiandad en la grave encrucijada de las manifestaciones luteranas.    
     El emperador vacila y la suerte de Roma es una grave incógnita. La gran crisis europea de estos momentos, desde la victoria de pavía hasta el saco de Roma, pasando por los triunfos turcos de Mohacz y de Buda, hace que los españoles cautivados por el evangelio erasmista se asocien en un sueño complejo de hegemonía española, de unidad cristiana y de reforma.     
     Entre los partidarios de Erasmo destacan el grupo de los Complutenses de Alcalá; frente a ellos los   frailes dominicos y los franciscanos que forman un bloque antierasmista bastante homogéneo. Defendieron a Erasmo todos los teólogos de Alcalá entre los que se encuentra Carranza. Francisco de Vitoria fue el encargado de exponer los textos sospechosos. La disolución de la asamblea de Valladolid, si no fue una victoria para los erasmistas, fue al menos un fracaso para sus adversarios. Más de una vez los lectores de Erasmo, denunciados a la Inquisición, defenderán a su autor preferido diciendo que sus escritos han sido examinados por una comisión de teólogos en Valladolid y nada herético han encontrado en ellos; y algunos no dejarán de invocar las cartas cambiadas entre Erasmo y el Emperador.     
     La permanencia de la Corte en Madrid en 1528, viene a dar una intensa vida al movimiento de Alcalá de Henares, que sigue siendo el núcleo principal de un humanismo erasmista empeñado en la renovación de la fe; el fermento del humanismo cristiano se mezcla íntimamente aquí con la vida de un gran colegio de teólogos, y penetra en las Facultades de Artes y en los colegios de gramática. Aquí aparecen las figuras de Francisco y Fernando de Vergara, catedráticos de griego, los hermanos Juan y Alfonso de Valdés, el médico Suárez y el joven Diego Gracián Alderete, éste último al servicio de Don Fadrique de Mendoza, obispo de Zamora y presidente del consejo de la Emperatriz. Al igual que los Vergara, los Valdés constituyen un lazo vivo entre la Corte y la ciudad universitaria: Alfonso sigue siendo el Secretario preferido de Gattinara, y su hermano, Juan, ha llegado a Alcalá para aprender humanismo.    

1527. 21 de junio, muere en Florencia Nicolás Maquiavelo    
Durante toda su carrera, Maquiavelo trató de crear un Estado capaz de rechazar ataques extranjeros y afianzar su soberanía. Sus escritos tratan sobre los principios en los que se basa un Estado de este tipo y los medios para reforzarlos y mantenerlos. En su obra más famosa, El príncipe (1532), describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político. Este estudio, que con frecuencia ha sido considerado una defensa del despotismo y la tiranía de dirigentes como César Borgia, está basado en la creencia de Maquiavelo de que un gobernante no está atado por las normas éticas: "¿Es mejor ser amado que temido, o al revés? La respuesta es que sería deseable ser ambas cosas, pero como es difícil que las dos se den al mismo tiempo, es mucho más seguro para un príncipe ser temido que ser amado, en caso de tener que renunciar a una de las dos". Desde su punto de vista, el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y sólo debería rodearse de aquellos que le garantizaran el éxito en sus actuaciones políticas. Maquiavelo creía que estos gobernantes podían ser descubiertos mediante la deducción, a partir de las prácticas políticas de la época, así como de épocas anteriores.   
1527-1537. Alvar Nuño Cabeza de Vaca, en las inexploradas tierras de América del Norte, recorrió 2.000 leguas después de 10 años de itinerancia, atravesando desde Florida hasta Culiacán, en Costa del Pacífico “... evitando los homicidios entre indios, las guerras y reduciendo a la paz a más de mil pueblos: se parecía en la desnudez a un Bautista, en la abstinencia a un Pablo, Antonio Heremita en la tolerancia, a un Macario en la penitencia, a un San Pedro de Alcantara en la caridad, a una Santa Teresa de Jesús y a un casi precursor del taumaturgo Xavier, Apostol de las Indias”.  
1528. Baldassare Castiglione escribe Il cortegiano     
Castiglione (1478-1529), diplomático y escritor italiano, nacido en Casatico, cerca de Mantua. A lo largo de su vida desempeñó cargos diplomáticos en las cortes de Italia y España, y precisamente es conocido por sus observaciones sobre la vida de la corte en las que se basa su obra El cortesano (Il libro del cortegiano, 1528). Escrita en forma de diálogo, constituye un tratado del código de conducta que debe seguir el cortesano ideal. Traducido a numerosos idiomas, se convirtió en el libro fundamental de los aristócratas, influyendo en la nobleza y los escritores del renacimiento de toda Europa. Juan Boscán realizó una traducción magistral de la obra al castellano en 1534. Aparte de su importancia como libro de protocolo, El cortesano es una fuente de primera mano de la historia social e intelectual del siglo XVI.     

1529. Enero, se publica en Alcalá el Diálogo de Doctrina Cristiana de Juan de Valdés     
Este es el único de sus libros que llegaría a ver impreso; esta obra encarna las inquietudes místicas del erasmismo español. Marcel Bataillon de esteDiálogo que es el primer ensayo de uno de los más auténticos genios religiosos del siglo y a través de él se expresa también todo el movimiento de Alcalá, todo el iluminismo erasmizante. Despertó las suspicacias de la Inquisición por sus ideas erasmistas, y sintiéndose inseguro, marchó entonces a Italia donde fue gentilhombre del Papa Clemente VII y actúo como agente del Emperador.    
     Con excepción del Diálogo de la lengua, toda la obra conocida de Juan de Valdés tiene carácter religioso. Se sitúa dentro de la corriente reformista que, partiendo de Erasmo de Rotterdam, sacudió los cimientos de la Iglesia. El valdesianismo no fue propiamente un movimiento protetante, y sus seguidores se mantuvieron siempre en el seno de la Iglesia Católica; pero algunos de sus principios estaban tan próximos a la heterodoxia, que el protestantismo halló en ellos uno de los mejores vehículos para introducirse en Italia. Como buen erasmista, exalta Valdés la fe íntima, la religiosidad sincera, y desprecia las demostraciones externas y superficiales; sin embargo, sostiene la justificación del hombre por la fe sola, negando la eficacia de las obras; en esto coincide con Calvino.     
     Su Diálogo de la lengua se sitúa dentro de la corriente renacentista, alimentada también en esto por Erasmo de Rotterdam, que procura dignificar las lenguas “vulgares” o nacionales. El Renacimiento, junto con la exaltación del mundo clásico, revaloriza todas las producciones humanas, populares; entre ellas, la lengua. Fruto de esta nueva actitud fueron, aparte de laGramática castellana de Antonio de Nebrija (Salamanca, 1492), las Prose della volgar lingua del cardenal Pietro Bembo (Venecia, 1525), que muy probablemente sirvieron de estímulo y de modelo a Juan de Valdés para inducirlo a escribir su Diálogo. Aparte de la defensa de la lengua vulgar, equiparándola con la latina, da una serie de normas sobre el estilo, destacando la concisión, la sencillez y la naturalidad, idea esta última propia del Renacimiento para el que la belleza suprema es la natural, y las cosas mayores las que hace la Naturaleza, puesto que el arte no consigue sino imitarla imperfectamente. El Diálogo de la lengua es un documento histórico sorprendente que refleja uno de los momentos más importantes de nuestro idioma, y en él se reflejan las preferencias, la norma lingüística, de los hablantes cultos del dialecto toledano. Y es bien sabido que el habla cortesana de Toledo se tuvo durante todo el siglo XVI por dechado de perfección lingüística; este prestigio indiscutido de la norma toledana se remonta al reinado de Alfonso X el Sabio.   

1529. 14 de octubre, Solimán asedia Viena    

1529. Diego Ribero, astrónomo portugués, diseña un magnífico mapa policromado y dibujado al estilo de los portulanos sobre un pergamino a plena dimensión. Su proyección, configuración y nomenclatura están basadas en el perdido “Padrón Real” de la Casa de Contratación de Sevilla. Es uno de los documentos cartográficos más valiosos de la época de los grandes descubrimientos geográficos, tanto por la aportación de nuevos conocimientos como por su trazado preciso y minucioso.    
     Diego Ribero colaboró en los preparativos de la expedición de Magallanes; fue uno de los cosmógrafos de la Casa de la Contratación de Sevilla, quienes, entre otras tareas, debían mantener actualizada la carta náutica oficial-tipo, que se utilizaba en las grandes expediciones oceánicas. En la actualidad, se encuentra en la Biblioteca Vaticana, Ciudad del Vaticano.  


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