El sueño de la razón produce monstruos

sábado, 2 de octubre de 2010

El sueño de Calderón / El velo de Maya del hinduismo

Entre las obras de Calderón, destaca el poema compuesto sobre la divisa Psalle et Sile -"Canta y calla"- situada en la verja del coro de la iglesia de los Reyes Nuevos de Toledo, cuyo título original fue,


"Exortación panegírica al silencio. Motivada de su apóstrophe Psalle, et sile. A la protección del Eminentísimo Reverendissimo Señor Don Baltasar de Moscoso y Sandoval, Cardenal Presbytero de la Santa Iglesia de Roma, del Título de Santa Cruz en Ierusalen, del Consejo de Estado de su Majestad, Arçobispo de Toledo, Primado de las Españas y Gran Chanciller Mayor de Castilla, &c. Por Don Pedro Calderón de la Barca, Cauallero de la Orden de Santiago y Capellán de su Majestad en su Real Capilla de los Señores Reyes Nuevos.”


(Madrid, sin imprenta, 1662, 4º.; 16 hojas; cfr. Cotarelo y Mori, Emilio, Ensayo sobre la vida y obra de D. Pedro Calderón de la Barca. Edición facsímil al cuidado de Ignacio Arellano y Juan Manuel Escudero; Biblioteca Áurea Hispánica, 12, Universidad de Navarra, EditorialIberoamericana, 2001).


Psalle imperativo presente (sg. 2ª. pers.); de Psallo, -ere, -[u]i (< style="">Psalló, `yo toco las cuerdas de un instrumento músico; `yo arranco pelos´), verbo intr., tocar la cítara: psalle et saltare, tocar la cítara y danzar // Cristianismo, `Cantar salmos, salmodiar´. De ese verbo griego procede psalmus, -i <>


Sile imperativo presente (sg. 2ª. pers.); de Sileo, -ere, -silui; verbo intr.; `callarse, guardar silencio; permanecer en silencio´; verbo tr.; callar; no mencionar; no hablar de; omitir; ocultar: res siletur: `se silencia algo´.


[1]. Al fragmento del romance que me has propuesto le he añadido unos cuantos versos más (señalados en azul) del principio de este larguísimo poema, con el fin de contextualizarlo con más detalle y así poder deconstruir y descifrar mejor sus conceptos.


[Canta y calla, dice aquel
mote, cuya soberana
inscripción, sacro buril
en grabado bronce estampa,
[…]
Canta y calla, otra vez leo,
y otra vez suspensa el alma
duda cómo se reduzca
a un precepto canta y calla.]

Porque si el callar es muda
prisión del silencio que ata
con el uso de las voces
el rumor de las palabras;
y el cantar, no sólo es
romperlas, pero entonarlas
al concertado compás
de métrica consonancia,
¿cómo, compuesto de dos
proposiciones contrarias,
sagrado precepto, a un tiempo
cantar y callar me manda?

Comentario crítico

1. Contexto sociocultural y pragmático
1.1. El poema titulado Psalle et Sile [> esp. Canta y calla] corresponde y se inserta en la llamada Poesía exenta de Pedro Calderón de la Barcas (Madrid, 1600 – Madrid, 1681) o escrita como tal, frente a la Poesía en el espacio, esto es, la escrita dentro de su obra dramática; entre las Poesías sueltas o exentas, amén de Psalle et Sile, cabe destacar: A un río helado, Romance amoroso a una dama, A San Isidro, A Felipe IV, Penitencia de San Ignacio, Elegía a la muerte del Príncipe don Carlos, A la muerte… Mientras que los poemas que incluye en sus comedias de enredo, de aparato , en las tragedias o en los autos sacramentales están bien estudiados en las múltiples ediciones críticas que tenemos, la Poesía exenta no cuenta con tales estudios críticos tan minuciosos.
Humanista tardío o enciclopédico pre-ilustrado, conoció el magisterio de Cervantes, convivió con Velázquez, convirtiendo en teatro lo que este retrató, y fue contemporáneo de los grandes filósofos, físicos… : Descartes, Pascal, Bacon, Hobbes, Locke, Spinoza y Leibniz o el inglés Isaac Newton; de los músicos Scarlatti, Lully o Henry Purcell; de pintores, escultores y arquitectos como Caravaggio, Bernini, Borromini, Rubens, Rembrandt, Vermeer, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo Valdés Leal o Sánchez Coello; de los literatos Corneille, Molière, Racine, La Fontaine, Shakespeare, Milton, Donne, Góngora, Quevedo, Lope de Vega y Gracián.
El desarrollo del Barroco es muy desigual según las naciones, aunque hay que destacar que su fuerza es más grande en los países católicos por la influencia indubitable de la Contrarreforma; el puritanismo protestante limitará sobremanera las exageraciones barrocas, su carácter desorbitado hasta la deformación, las ideas ingeniosas, las expresiones brillantes, las agudezas conceptistas, etc. en los países del Norte de Europa. La obra de Calderón, dentro de su barroquismo, se encuadra en los albores de la modernidad. En ella se puede ya apreciar el enfrentamiento que se producirá en el siglo XVIII entre fe y razón. Su dialéctica refleja ese combate interior entre la fe Filosófica y la fe de la Revelación, entre la certidumbre de la fe y la de la razón, certezas opuestas en las que participaron científicos y filosóficos contemporáneos.
En muchos personajes del teatro de Calderón coexisten la fe y el espíritu crítico, la credulidad y el escepticismo, lo que produce en sus obras ese enfrentamiento inevitable de contrarios: el determinismo y el libre albedrío, la fe y la incredulidad, el caos del mundo y la providencia divina, la vida como esperanza y la existencia como castigo. Las criaturas calderonianas son individuos aherrojados a un mundo sin explicación y sometidos a un destino ante el que, impotentes, intentan rebelarse; por esto rozan el nihilismo. Sin embargo, Calderón niega la explicación racional del mundo y justifica su orden recurriendo a la existencia del Ser Supremo. La racionalidad solo le sirve para valorar problemas de conciencia, cuyos entresijos analiza con destreza y arte.
El estilo de Calderón es mucho más artificioso que el de Lope y emplea a su arbitrio tanto recursos del Conceptismo como del Culteranismo. Las obras de Calderón se caracterizan muy especialmente por el empleo del símbolo y la alegoría a través de los que transmite contenidos específicos, a la vez que nos plantea problemas universales de la existencia humana. Lo más relevante de Don Pedro Calderón consiste en someter a un proceso de reflexión intelectual toda una serie de asuntos y motivos que en su época ya se habían convertido en tópicos. Profundamente influido por los jesuitas, su originalidad estriba en plantear conflictos y en analizar con agudeza e ingenio los entresijos de la conciencia del hombre. Sus textos han provocado la admiración y el interés de los grandes pensadores del romanticismo alemán y de los del siglo XX hasta nuestros días. Se ha llegado a decir que si La Generación del 27 no hubiera quedado truncada y deshecha por la Guerra Civil, tras la inicial exaltación de la figura de Góngora, hubiera llegado a valorar con tanto o más entusiasmo la obra de Calderón, fruto de lecturas profundas y largas meditaciones.

1.2.Calderón de la Barca, en 1650, tras sus servicios mobiliarios, militares y de dramaturgo, decidió hacerse sacerdote; ordenado en 1651, primero ocupa la Capellanía familiar en Madrid; poco después solicita y obtiene, por merced regia, la capellanía de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo, que anteriormente le había sido retirada por el Patriarca de las Indias, don Alonso Pérez de Guzmán, “Capellán Mayor de los Reyes Nuevos” y furibundo enemigo de las representaciones teatrales, argumentando que Calderón era indigno del cargo por escribir comedias.
El 19 de junio de 1653, avalado por el Rey, tomó posesión de la codiciada plaza por sus cuantiosas rentas y por su autonomía frente a la propia Catedral; después ingresará en la Hermandad del Refugio, consagrada a atender pobres desamparados; en 1655 solicita ausentarse de la Capilla por sus negocios teatrales en Madrid y solicita al Rey dos meses de permiso; el Rey le otorgará una licencia indefinida. Ya no volverá a Toledo.
El 31 de diciembre de 1661, don Francisco de Aranda y Mazuelo, canónigo de la Catedral de Toledo, firma el Nihil obstat para la publicación de la Exhortación panegírica a que dio motivo el Sagrado Mote Psalle et Sile, inscripción Religiosa del Coro de la Santa Iglesia de Toledo, Primada de las Españas. El grabado de Pedro de Villafranca que antecede a la portada, lleva la fecha de Madrid, 1662. En ese grabado se ve el interior de la reja del Coro, forjada en el s. XVI por domingo de Céspedes y su yerno Hernando Bravo . En la cara anterior de las cartelas “supra portam” se lee “Procul esto prophani”. En el reverso, debajo de la inscripción espaciada del Salmo “Cantabo-Dno. Qui-bonatri-buit mihi”, el mote que de lugar al poema de Calderón: Psalle et Sile. El título exacto es Exortación / panegírica al / silencio / Motivada de su apostrophe / Psalle, et Sile (sic). Se la dedica a la protección del Eminentísimo Reverendíssimo Señor Don Baltasar de Moscoso y Sandoval, Cardenal Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas y Gran Chanciller Mayor de Castilla.

1.3. Ediciones. La primera edición no lleva pie de imprenta aunque los investigadores sospechan que salió de la Imprenta Real de Madrid; se conservan muy pocos ejemplares de esta princeps. Rodríguez Moñino vio en la Biblioteca de Lázaro Galdeano, en Madrid, un ejemplar de otra edición temprana, sin pie de imprenta y fecha, que añade a la materia preliminar de la princeps una aprobación laudatoria de Fray José Laguna, Provincial de la Orden de San Francisco de Paula en el Arzobispado de Valencia; se cree que esta debió de imprimirse en Valencia hacia 1690.
En 1741, don Antonio Fernández de Azevedo imprime en la madrileña de Lorenzo Francisco Majadas una reimpresión de la princeps; en portada se puede leer

Discurso
MÉTRICO – ASCÉTICO,
SOBRE LA INSCRPCIÓN
PSALLE, ET SILE,
QUE ESTÁ GRAVADA
EN LA VERJA DEL CHORO DE LA SANTA IGLESIA
DE TOLEDO,
PRIMADA DE LAS ESPAÑAS:
OBRA QUE COMPUSO
EL SUPERIOR NUMEN DEL ERUDITISSIMO
Don Pedro Calderòn de la Barca, Cavallero del Orden de
Santiago, y Capellán de Honor de S.M. y de los Señores
Reyes Nuevos de dicha Santa Iglesia.
SACALE A LA LUZ
DON ANTONIO FERNÁNDEZ DE AZEVEDO
Escudero de la Reyna nuestra Señora.
QUIEN LE DEDICA
AL SERENISSIMO SEÑOR DON LUIS DE BORBÓN,
Infante de España, Cardenal Diacono de la Santa Iglesia
Romana, Arzobispo de Toledo, &c.
CON LICENCIA
En Madrid: En la Imprenta de LORENZO FRANCISCO MONADOS. Año de 1741 .

En esta edición dedicada a Don Luis de Borbón, hermano de Carlos IV, se suprimen los preliminares originales y el grabado de Villafranca; se moderniza la ortografía y se modifica el título y se cambia “el tan calderoniano de Exortación panegírica al silencio por el de Discurso métrico ascético, de un culteranismo engolado” según nos indica Leopoldo Trénor.
En el siglo XIX, partiendo de la reimpresión de 1741, editó Juan Eugenio de Hartzenbush el poema, resultando una versión defectuosa por las erratas, errores de lectura y supresión de referencias marginales y todos los preliminares. Leopoldo Trénor rescató en facsímil la princeps, añadiendo una “Noticia Bibliográfic” y un “Comentario Crítico” de Joaquín de Entrambasaguas. Siguiendo la biografía del Cardenal Baltasar de Moscoso y Sandoval, escrita por el carmelita Fray Antonio de Jesús María , allí se afirma que fue el Cardenal Moscoso quien deseoso de que el mote Psalle et Sile moviera a devoción, “encomendó esta obra a don Pedro Calderón de la Barca”.
Villar Dégano da por seguro que es una obra de encargo, por mucho que Calderón se identifique con las intenciones del Cardenal; el príncipe de la Iglesia y el dramaturgo áulico coinciden para exhortar a los capellanes a la oración y al silencio. Sus destinatarios directos son los miembros del Capítulo de la Capilla de los Reyes Nuevos y es a ese grupo de sacerdotes a quienes se les envía la conclusión exhortativa panegírica cuando van a rezar al coro cantando las Horas de los Oficios divinos (<>

Si a hablar al rey en un negocio fueras,
el más considerable, y a él llegaras
tan desatento que te divirtieras,
y por hablar con otro no le hablaras,
dime: a la majestad ¿cuánto ofendieras?
¿cuánto la pretensión tuya agraviaras?
Pues advierte, si obrases sin decoro,
que la audiencia de Dios es ese coro.

El negocio a que vas, no es menos grave,
que toda tu república fiada
en que tu oficio orar, y orar es llave
que a siete horas del día te da entrada,
¿ qué fatiga no esperan ver süave,
noble el bastón y rústica la azada,
al ver en los afanes de la vida
su medra en tu oración comprometida?

No debemos olvidar, al interpretar el texto o fragmentos del mismo, que Calderón consiguió la dispensa perpetua de esta obligación y este hecho provocó que algunos sacerdotes del Capítulo -se comportaran como quiera que lo hiciesen en el coro- mostraran abiertamente cierto resentimiento hacia Don Pedro Calderón, ya famoso dramaturgo, cuando les intenta moralizar y guiar por el buen camino con este bellísimo Psalle et Sile, llevado de la mano, nada menos, que por el mismísimo Cardenal Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, con el que, sin duda, intentó contemporizar a pesar de gozar de la protección real.
A.T.T.


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