“160. […]. Hase de hablar como en testamento, que a menos palabras menos pleitos. En lo que no importa se ha de ensayar uno para lo que importare. La arcanidad tiene visos de divinidad. El fácil a hablar cerca está de ser vencido y convencido[1].”
De antiguo viene la idea de que la palabra, como la piedra, no puede ser rectificada una vez lanzada; se repite frecuentemente en la literatura sapiencial: "Delere licebit /Quod non edideris; nescit vox missa reverti" (Horacio; Arte poética, vv. 389-390). Correa: "La palabra que sale de la boca nunca más torna", “Palabra echada, mal puede ser retornada” o “Palabra y piedra suelta no tiene vuelta”.
[1].GRACIÁN, B. (2009), Oráculo manual y arte de prudencia, ed. de Emilio Blanco, 8ª. ed., Madrid, Cátedra, pág. 190)
No hay comentarios:
Publicar un comentario