“160. Hablar de atento, con los émulos por cautela, con los demás por decencia. Siempre ai tiempo para embiar la palabra, pero no para volverla. Hase de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos. En lo que no importa se ha se ensayar uno para lo que importare. La arcanidad tiene visos de divinidad”.
(O, 160, pág. 190, 2009, Madrid, Cátedra)
n. 688. La idea de que la palabra, como la piedra, no puede ser rectificada una vez lanzada, viene de antiguo y se repite con frecuencia en la literatura sapiencia.
Horacio: "Delere licebit / Quod non edideris; nescit vox missa reverti"; Ars poética, v. 389-390. Correas: "La palabra que sale de la boca nunca más torma", "Palabra echada mal puede ser retomada" o "Palabra y piedra suelta no tiene vuelta".
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